El euro sigue siendo un símbolo de la unidad y la fortaleza de Europa. En toda la zona del euro y fuera de ella, los ciudadanos y las empresas se han acostumbrado, durante más de dos décadas, a pagar con monedas y billetes en euros. Aunque un número cada vez mayor de personas opta por pagar digitalmente, utilizando tarjetas y aplicaciones emitidas por bancos y otras empresas digitales y financieras, el 60% de las personas encuestadas desearía seguir teniendo la opción de utilizar dinero en efectivo.
Por esa razón la Comisión ha propuesto dos conjuntos complementarios de medidas para velar por que las personas tengan ambas opciones de pago, efectivo y digital, cuando deseen pagar con dinero del banco central.
Por un lado, una propuesta legislativa sobre el curso legal del efectivo en euros para salvaguardar el papel del efectivo y garantizar que esté ampliamente aceptado como medio de pago y que siga siendo fácilmente accesible para las personas y las empresas de toda la zona del euro.
Por otro, una propuesta legislativa por la que se establece el marco jurídico para un posible euro digital como complemento de los billetes y monedas en euros. Este marco garantizará que las personas y las empresas puedan disfrutar de una opción adicional, además de las actuales opciones privadas, a la hora de pagar digitalmente con una forma de dinero público ampliamente aceptada, barata, segura y resiliente en la zona del euro, como complemento de las soluciones privadas que existen en la actualidad. Si bien la propuesta, una vez adoptada por el Parlamento Europeo y el Consejo, establecería el marco jurídico para el euro digital, corresponderá en última instancia al Banco Central Europeo decidir si emite el euro digital y cuándo hacerlo.
El euro digital
El euro digital ofrecería a los consumidores una solución alternativa de pago a escala europea, además de las opciones existentes en la actualidad. Esto significaría más posibilidades de elección para los consumidores y un papel más importante del euro a escala internacional.
Al igual que ahora el efectivo, el euro digital estaría disponible junto con los medios de pago privados nacionales e internacionales existentes, tales como tarjetas o aplicaciones. Funcionaría como una cartera digital. Las personas y las empresas podrían pagar con el euro digital en cualquier momento y en cualquier lugar de la zona del euro.
Esta opción de pago estaría también disponible para pagos fuera de línea, es decir desde un dispositivo a otro sin conexión a internet, en una zona remota o aparcamientos subterráneos. Mientras que las transacciones en línea ofrecerían el mismo nivel de privacidad de los datos que los medios digitales de pago existentes, los pagos fuera de línea garantizarían un alto grado de privacidad y protección de datos para los usuarios, ya que les permitirían realizar pagos digitales revelando menos datos personales de lo que hacen ahora cuando efectúan pagos con tarjeta, de forma exactamente igual que pagando en efectivo, y revelando lo mismo que cuando retiran efectivo de un cajero automático. Nadie podría ver lo que pagan las personas con el euro digital fuera de línea.