El Banco de España considera que existe un "amplio margen de mejora" para impulsar la innovación y la productividad en la economía española, y una de las medidas clave es el incremento del capital humano a través de la formación, lo que podría generar más de 2 millones de empleos.
Esa cantidad se obtiene al observar que los países europeos con un mayor nivel de capital humano tienen de media un punto porcentual más de inversión en I+D+i (inversión, desarrollo e innovación) y 10 puntos porcentuales más de tasa de empleo, lo que equivaldría a esos dos millones de puestos de trabajo, según detalla el Banco de España en su último informe anual.
De acuerdo con el informe, el nivel educativo de los empresarios, trabajadores autónomos y asalariados en España ha tenido una mejora considerable en los últimos años, pero se encuentra por debajo del promedio de la Unión Económica y Monetaria (UEM).
El 35,2% de los autónomos, el 32,9% de los empleadores y el 28,5% de los trabajadores por cuenta ajena tenían un nivel de estudios bajo en 2022, porcentajes "muy superiores" a la zona euro (20,7%, 18,9% y 18,2%, respectivamente).
Además, la tasa de abandono escolar se situó en España en el 13,9% en 2022, frente al 9,7% de la UEM.
Este menor nivel educativo tiene implicaciones importantes sobre la productividad y el empleo, dos deficiencias que han provocado que el crecimiento de la economía española en las últimas décadas "no haya sido suficiente para lograr la convergencia con el nivel de renta per cápita del área del euro".
Detrás de la baja productividad está "el peso reducido de la innovación" en España, y para corregirlo van a hacer falta "cambios muy significativos", como fomentar el crecimiento empresarial, el impulso de las actividades de innovación propiamente dichas, el incremento del capital humano y el refuerzo del papel vertebrador de las instituciones y de las administraciones públicas.
Una tasa de empleo baja es el otro factor que explica la falta de convergencia de la economía española al nivel de renta per cápita de la unión económica y monetaria (UEM), algo que se observa en "todos los grupos poblacionales" y refleja la "mayor incidencia relativa del paro".
Con una tasa de paro seis puntos porcentuales superior a la media de la UEM, el informe sugiere una actualización de las políticas pasivas de empleo -que son principalmente las prestaciones contributivas por desempleo- para agilizar la reinserción laboral de los trabajadores en situación de paro, ya que para el 18% de los beneficiarios de una prestación máxima (dos años) ese ingreso se acaba antes de haber encontrado un nuevo empleo.
Según la entidad, "determinados elementos del diseño de estas prestaciones pueden desincentivar una reincorporación temprana al mercado laboral".
El Banco de España calcula que, de reducirse un 5% el periodo de cobro de la prestación por desempleo, incrementando al mismo tiempo la prestación mensual en dos puntos porcentuales sobre la base reguladora, las probabilidades de reincorporación al empleo se elevan en 0,11 puntos porcentuales, un impacto positivo todavía más acentuado para los beneficiarios con menos estudios y de mayor edad.
Además de esa propuesta para las políticas pasivas de empleo, el Banco de España señala la necesidad de aumentar la eficacia de las políticas activas de empleo mediante el incremento de los recursos humanos y financieros de los servicios públicos de empleo.
De acuerdo con los datos del Servicio Estatal de Empleo Público (SEPE) solo alrededor del 2,5% de los contratos iniciados cada mes se firman gracias a una oferta de empleo realizada a través de este organismo.
La ley de Empleo, aprobada definitivamente a principios de año, incluye la transformación del SEPE en la Agencia Española del Empleo, que tiene como objeto mejorar la coordinación entre las distintas instituciones públicas que desarrollan políticas activas de empleo.