La Región de Murcia experimentó en enero una intensa caída –la segunda consecutiva- de los niveles de inflación, de manera que el Índice de Precios de Consumo (IPC) alcanzó una tasa de variación interanual nula (0,0%). La CROEM apunta que esta resulta inferior en seis décimas a la del mes anterior (cuando se registró un +0,6%) y en 1,2 puntos a la de noviembre (+1,2%), al tiempo que permite a Murcia mantenerse por octavo mes consecutivo como la comunidad autónoma con menor inflación (pues en el conjunto del país la tasa media es de +0,6%), según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Este inicio de año a la baja se explica principalmente por la evolución del precio de los gastos asociados a Vivienda, que pasan de cerrar el año con aumentos (+1,0) a la mayor bajada de entre los distintos grupos (-2,6%), influidos principalmente por Electricidad, gas y otros combustibles que registra una brusca caída (del +3% de diciembre al -6,3% de enero). El resto de grupos se mantienen en niveles moderados (entre el -1,7% de Medicinay al +1,9% de Enseñanza, igual que a cierre de 2017), mostrándose tres grupos –además de Vivienda- aún con variaciones negativas: el ya citado Medicina,Ocio y Cultura (-1,1%) y Menaje (-0,7%).A su vez, Transporte, que siempre ha sido un elemento muy volátil, muestra un comportamiento muy similar al del mes de diciembre (1,5%, frente al 1,2 de enero), no teniendo, en esta ocasión, el protagonismo de meses atrás.
Por otra parte, excluyendo del cálculo los elementos más volátiles como alimentos no elaborados y energía, la denominada inflación subyacente se mantiene también en niveles muy contenidos (+0,3%, tasa idéntica a la del mes anterior y cinco por debajo de la media nacional).
LA INFLACIÓN SE ALEJA DEL OBJETIVO EUROPEO. La Patronal murciana valora que la inflación de la Región mantiene en el comienzo de 2018 el perfil decelerado que ya mostraba en el tramo final de la anualidad anterior, y que le ha permitido recular desde el 3,0% hasta el 0% en apenas doce meses. Se trata por tanto de unos niveles contenidos, que se explican en buena parte por un efecto transitorio del componente energético que alejan la inflación del objetivo fijado por el Banco Central Europeo (ligeramente por debajo del 2%), al que sería deseable converger a medio plazo.