Andalucía, Baleares y Canarias, a las que se une Asturias tras su atonía en 2022, registraron en 2023 un crecimiento más intenso de su competitividad, aunque están todavía lejos de Madrid, que sigue reforzando su liderazgo y se distancia de las comunidades que le siguen: País Vasco, Navarra y Cataluña, con Murcia entre las de cola.
Esta es una de las conclusiones del último Informe de la Competitividad Regional en España, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Murcia y editado por el Consejo General de Economistas de España, que establece un índice de "capacidad de atracción" -de capital, conocimiento o mano de obra- de los distintos territorios en relación con siete ejes compuestos por 54 variables o indicadores.
El informe, presentado este martes, coloca en una mejora "media" del Índice de Competitividad Regional (ICREG) a Aragón, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid y Murcia y por debajo del promedio a Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Navarra, País Vasco y La Rioja (las comunidades aparecen por orden alfabético dentro de cada uno de los grupos).
Con estas variaciones, Madrid, País Vasco y Navarra siguen formando lo que los responsables del informe denominan "triángulo competitivo", por delante de Cataluña, que se mantiene como única integrante del nivel de competitividad medio-alto.
Aragón, que sube hasta la quinta posición, La Rioja, Castilla y León, Galicia y Cantabria forman ahora el grupo de comunidades con un nivel competitivo relativo medio-bajo y el grupo de competitividad baja queda formado por Asturias, la Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha, Canarias -que supera al otro archipiélago-, Baleares, Andalucía y, en último lugar, Extremadura.
En conjunto, la competitividad promedio de las 17 comunidades creció un 5,6% en 2023, que es siete décimas más que en 2022 y representa el segundo incremento más elevado desde que se inició esta serie de datos en 2008.
Algunos de los factores que se encuentran detrás de estos buenos resultados, como los califica el Consejo General de Economistas, son la normalización definitiva de la situación tras la pandemia, el dinamismo económico del PIB en el último trienio, la recuperación del sector turístico, el aumento en el gasto público y el buen comportamiento del mercado de trabajo.
Los siete ejes en que está estructurado el informe -entorno económico, mercado de trabajo, capital humano, entorno institucional, infraestructuras básicas, eficiencia empresarial e innovación- han mejorado en términos generales, sobre todo el de eficiencia empresarial y los de entorno económico e institucional.
El presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, ha mencionado también como factores positivos las ayudas europeas y el incremento de la población y ha dicho que España está "recogiendo frutos de reformas que se hicieron después de la crisis de 2008", a las que a su juicio deberían seguir ahora otras para incrementar la competitividad.
Por su parte, el coordinador del estudio, Patricio Rosas, ha indicado que persisten "preocupantes" diferencias entre comunidades pese a los buenos registros de algunas de las regiones menos avanzadas.