Los agricultores de la Región de Murcia, especialmente los de cultivos de secano, podrán tener en el futuro una nueva fuente de ingresos o modelo de negocio, a la vez que luchan contra la desertificación, mediante los créditos de carbono de CO2, y más concretamente en la zona del Mediterráneo.
Esta práctica ya la realizan de forma voluntaria algunas empresas que compensan sus emisiones con la plantación forestal, pero aún no está regulada para suelo agrícola de secano.
Así lo destacó el consejero, Antonio Luengo, en el Simposio de clausura del proyecto LIFE AMDRYC4, que se celebró en el Centro de Investigación Multidisciplinar de la Universidad de Murcia, coordinadora del proyecto.
El objetivo principal es adaptar la agricultura de secano en áreas mediterráneas al cambio climático para fortalecer su función mitigadora como sumideros de carbono, incrementando el carbono orgánico del suelo, tal y como se establece en la iniciativa de 4 por 1.000.
Con la posibilidad de que la absorción de CO2 en los cultivos de secano suponga en un futuro una fuente extra de ingresos para los agricultores que vendan créditos de carbono, se fomenta el mantenimiento de los suelos, se combate la desertificación y es una opción de adaptación al cambio climático.
“Resulta especialmente importante el fomento de las absorciones de carbono y las perspectivas que, una vez regulada o legislada su aplicación, posibilitarán un nuevo modelo de negocio para la agricultura, y en especial para la del secano”, afirmó Luengo.
En este contexto, el proyecto LIFE AMDRYC4 demuestra el potencial que poseen los suelos agrícolas del secano mediterráneo como sumideros de carbono y suministradores de servicios ecosistémicos y de biodiversidad, que contribuyen de forma directa al desarrollo y mantenimiento de nuestro entorno rural.
Antonio Luengo también destacó la gestión sostenible del agua y la lucha contra la desertificación, “fenómenos cuyo riesgo se ve incrementado de forma especial en el sureste español, como consecuencia del cambio climático”.