El Gobierno regional, a través de la labor del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), aplica tecnologías emergentes, basadas en la nanotecnología y los principios de la química verde, para revalorizar los residuos generados en la industria agroalimentaria y crear productos de alto valor añadido, fomentando la economía circular.
El director del IMIDA, Víctor Serrano, destacó que “el objetivo es revalorizar los deshechos que se producen en el sector agroalimentario para destinarlos a nuevos productos alimentarios, cosméticos o farmacéuticos, aumentando la eficiencia, el rendimiento económico y la sostenibilidad medioambiental”.
Los equipos de investigación del IMIDA, a partir de los resultados de investigaciones previas, han puesto en marcha una línea de trabajo que pretende poner a disposición del sector agroalimentario regional las herramientas que les permitan recuperar compuestos de origen natural con efectos saludables, como los polifenoles, a partir de los residuos generados durante la producción.
Antonio Abel Lozano, del equipo de Biotecnología del IMIDA, explicó que los polifenoles, que están presentes en frutas, verduras, vino, café, té o chocolate, favorecen una flora intestinal equilibrada y pueden proteger contra patologías como los trastornos intestinales, las enfermedades inflamatorias, la obesidad e incluso hasta el riesgo de cáncer.
El equipo trabaja para determinar, en función del tipo de los residuos y los compuestos de interés que contengan, además del mejor método de extracción, la mezcla con el biopolímero más adecuado para encapsularlos, para preservar sus propiedades.
Un ejemplo de los trabajos realizados es la estabilización de los extractos de polifenoles recuperados de los residuos del destilado de plantas aromáticas, como el tomillo o el romero, que tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, encapsulándolos en nanopartículas de fibroína de seda. Mediante la encapsulación se consigue mejorar su estabilidad frente a la degradación de los polifenoles por la temperatura y mejorar su biodisponibilidad.
Otro ejemplo es el de la recuperación de compuestos polifenólicos de excedentes y residuos de la producción de vino, y su estabilización en biopolímeros gastrorresistentes. Entre los soportes utilizados para la encapsulación se investigan nuevas formulaciones de biopolímeros de origen vegetal como las maltodextrinas y otros que provienen de la seda como la fibroína. De esta manera se consigue disponer de todo el beneficio del vino en un concentrado sin los efectos nocivos del alcohol para su uso en alimentación funcional o dermocosmética.
Además, el equipo ha constatado que los biopolímeros derivados de la sericicultura se comportan como vehículos activos, ya que además de hacer de soporte y proteger los polifenoles durante el tránsito estomacal e intestinal, han mostrado efectos regenerativos y cicatrizantes, por lo que podrían tener interesantes aplicaciones biomédicas además de alimentarias.
Estas investigaciones desarrolladas por los equipos de investigación del IMIDA con fondos FEDER están alineadas con la Estrategia de Investigación e Innovación para la Especialización Inteligente y Sostenible de la Región de Murcia 2021-2027 (RIS4), así como la impulsada por la Unión Europea.