La agricultura es una de las actividades clave de la humanidad, pues proporciona una buena parte de los alimentos que consumimos. Una buena salud en el sector es necesaria para satisfacer la demanda de alimentos a nivel mundial, pero el cambio climático, el uso de técnicas anticuadas y poco efectivas, el agotamiento de los recursos o el incremento de la contaminación medioambiental suponen un alto riesgo.
Garantizar un suministro constante de alimentos sólo es posible mediante la adopción a nivel global de técnicas de cultivo sostenible y el uso de tecnología avanzada, como software de monitoreo de cultivos para aumentar los rendimientos de las múltiples variedades de plantas que nos sirven como alimento. Puesto que el rendimiento es la cantidad de producción agrícola cosechada por unidad de superficie, cuanto más alto sea, mejor para la seguridad alimentaria mundial.
Principales retos a la hora de maximizar el rendimiento
Los problemas que pueden afectar al rendimiento de los cultivos se dividen en dos grupos: factores bióticos y abióticos. Los factores bióticos tienen su origen en organismos vivos, como animales, hongos, virus o bacterias. Así pues, los 2 principales problemas abióticos que sufren las plantas son las plagas y las enfermedades.
Las plagas de insectos, roedores o pájaros, debido a su cantidad y voracidad, atacan a las plantas de cultivo. En el mejor de los casos, la producción se pierde por completo; en el peor, las plagas matan a la planta. La aparición de una plaga puede deberse a varios factores: especies desplazadas de su hábitat natural debido al cambio climático, la práctica recurrente de monocultivo en el mismo campo o el desarrollo de la plaga para resistir a los plaguicidas. Por su parte, las enfermedades suelen surgir cuando un agente causal, como bacterias, virus, hongos o nematodos, atacan a las plantas vulnerables en unas condiciones favorables para su propagación, como cuando hay encharcamiento o temperaturas extremas. Las enfermedades pueden acabar matando a la planta si no se tratan adecuadamente y a tiempo. No obstante, es importante remarcar que no todos los factores bióticos son negativos. Por ejemplo, los microorganismos del suelo que descomponen la materia son un factor biótico positivo para las plantas.
Los factores abióticos son aquellos factores causados por organismos inertes o sin vida. Dentro de los factores abióticos, es posible encontrar situaciones causadas de forma natural y otras por la acción del ser humano. Entre las situaciones causadas de forma natural podemos encontrar unas temperaturas anormalmente altas o bajas, o un exceso o falta de humedad. Si la falta de lluvia provoca que las plantas no dispongan de agua debido a la sequía que provoca, podemos hablar de una causa natural. Sin embargo, algunos de estos problemas pueden tener su origen en la negligencia humana. Por ejemplo, si un agricultor se olvida de regar el campo, sus plantas sufrirán el mismo estrés hídrico que cuando no hay lluvia durante un largo periodo de tiempo. En los casos más extremos de problemas provocados por factores abióticos, la planta puede morir, aunque lo más habitual es que estos problemas simplemente debiliten a la planta lo suficiente para que sean susceptibles ante los problemas bióticos mencionados anteriormente.
¿Cómo mejorar el rendimiento de los cultivos?
Obtener el máximo rendimiento implica el proporcionar a las plantas unas condiciones ideales. Mejorar la salud del suelo, optimizar el riego, un aporte correcto de nutrientes y la inclusión de métodos de agricultura moderna, como la rotación de cultivos o la gestión biológica de plagas y enfermedades, son algunas de las actividades necesarias para lograr que el rendimiento sea excelente durante toda la temporada de cultivo.
Para mejorar el suelo, conviene equilibrar su nivel de nutrientes y su pH, además de reducir al máximo la labranza. Para optimizar el riego, la adopción de sistemas de riego automático por goteo reduce el desperdicio de agua y la cantidad de ésta que se pierde por evapotranspiración. Los aportes adecuados de nutrientes no solo permiten a las plantas obtener lo que necesitan en cada momento, también evitan problemas medioambientales, como las escorrentías que contaminan las masas de agua cercanas. Y la adopción de la agricultura moderna supone dejar atrás métodos poco eficaces para solventar diversos problemas de forma más adecuada y sostenible; por ejemplo, la rotación de cultivos impide que las plagas se asienten sobre el campo o la plantación de leguminosas puede ayudar a reponer de forma natural los niveles de nitrógeno del suelo.
El futuro del rendimiento de los cultivos usando tecnología de vanguardia
La tecnología ha facilitado el trabajo de millones de personas en diferentes sectores, y la agricultura no es diferente. Dentro de la agricultura moderna, la agricultura de precisión se ha erigido como la punta de lanza de la conversión sostenible de la agricultura. Esto se debe a su enfoque, que combina la monitorización de los cultivos por satélite, el uso de tecnologías como la IA o el aprendizaje automático y la geolocalización mediante GPS.
La conjunción de estas tecnologías surge en el software agrícola especializado, como EOSDA Crop Monitoring. Entre las funciones típicas del software agrícola, la monitorización del campo no solo evita muchas visitas innecesarias al campo, con su consiguiente gasto de tiempo y dinero, también permite detectar desde la comodidad de la oficina la existencia de factores bióticos y abióticos negativos para los cultivos. Esto se debe a la combinación de imágenes de satélite de múltiples fuentes y las decenas de índices de vegetación incluidos en ella.
Para mejorar las condiciones de los cultivos, los mapas de aplicación de tasa variable son indispensables. Cada mapa de los cultivos del campo se subdivide en zonas, de acuerdo a su productividad, de modo que la aplicación de insumos se realice de acuerdo a las necesidades de cada subzona. Y para prevenir diversos factores abióticos, la información meteorológica disponible en la plataforma, tanto actual como histórica, permite tomar medidas preventivas para evitar que el clima afecte al rendimiento de los cultivos.
Como se puede apreciar, éstas y otras muchas funciones que la tecnología pone a disposición de los agricultores no solo facilitan su trabajo diario, también les ayudan en la gestión y planificación a largo plazo. De este modo, pueden trabajar de forma inteligente para mantener el rendimiento de sus cosechas alto durante toda la temporada de crecimiento.