El proyecto europeo ‘Irriman’, sobre el manejo eficiente del agua de riego para una agricultura sostenible, está financiado con fondos Life+ y consigue ahorros de un 30% en agua y energía, así como la reducción de fertilizantes químicos y emisiones de CO2. En el marco de este proyecto se implementa una aplicación para móviles que permite a los agricultores determinar sus dosis de riego mediante prácticas de riego deficitario.
La consejería de Agua ha participado en dicho proyecto, junto con la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), la Universidad de Córdoba, la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore) y la comunidad de regantes Genil-Cabra, de Córdoba.
El consejero Miguel Ángel del Amor, asistió a la presentación de los resultados de este proyecto de mejora de la productividad del agua en la finca Tomás Ferro, ubicada en la pedanía cartagenera de La Palma, a cargo de la UPCT. También se presentó la citada aplicación, que ya está disponible en los sistemas Android y, próximamente, en iOS.
El objetivo principal del proyecto es poner en práctica y difundir una estrategia de riego sostenible basado en el riego deficitario para promover su aceptación a gran escala y el uso en cultivos de los agroecosistemas mediterráneos, caracterizados por la escasez de agua, sin afectar a los estándares de calidad exigidos por los mercados de exportación.
Tras tres años de trabajo, el resultado es que la implementación de sistemas de riego inteligente reducen hasta un 30% el consumo de agua, en comparación con el régimen de riego corriente aplicado en la actualidad, así como otro 30% en el consumo de energía, y un 40% las emisiones de CO2 desde el suelo, consolidando así los esfuerzos de innovación para reducir la huella de carbono y mitigar los efectos del cambio climático, ya que supone una reducción de 720 kw/h/año/ha de energía.
El riego deficitario supone una mejora organoléptica de los frutos y permite obtener incrementos de un 10% en la concentración de sólidos disueltos en el jugo y alrededor del 15% en el color de las frutas.
Al limitar la aplicación de agua de riego se reduce la lixiviación, lo que conlleva un aumento en la eficacia de la aplicación de los recursos hídricos en los cultivos, lo que mejora la calidad de las aguas subterráneas.