El presidente autonómico, Fernando López Miras, se aseguró la victoria definitiva en la moción de censura que le han presentado Ana Martínez Vidal y el PSOE regional, tras alcanzar un acuerdo con los diputados ‘libres’ de Vox (aquellos que fueron expulsados del grupo parlamentario por discrepancias con José Ángel Antelo). Todo ello, después de una primera sesión de debate que fue tal y como se esperaba: tosca, bronca, y con momentos en los que se perdieron las formas e incluso los papeles.
El portavoz de este grupo de diputados de Vox, Juan José Liarte, anunció a las puertas de la Asamblea Regional que habían alcanzado un acuerdo con el PP minutos después del final de la sesión y aseguraron que les ha convencido más el proyecto de López Miras: “Tras escuchar las dos propuestas, nos parece que el proyecto del PP no convence más y debe ser exportable a España entera, la unificación y reconciliación del centro derecha”. Liarte no confirmó si este acuerdo incluye la entrada de estos diputados en algún puesto en el Ejecutivo.
Estos tres diputados añadirán sus sufragios a los 16 del PP, a los tres ‘renegados’ de Cs (Isabel Franco, Paco Álvarez y Valle Miguélez) y el diputado ‘oficial’ de Vox, Pascual Salvador Hernández. A todos ellos se sumará la abstención de Alberto Castillo que harán estériles los votos a favor de los 17 diputados socialistas, los dos de Cs (Martínez Vidal y Juanjo Molina) y los dos que aportará Podemos. De esta manera, se confirma lo que se esperaba, y el actual presidente logrará conjurar la moción de censura y mantener su cargo.
SESIÓN BRONCA. En la sesión parlamentaria, sus señorías no ahorraron reproches, acusaciones ni tampoco faltas de respeto en sus intervenciones en el estrado, y mucho menos lo hicieron en los ‘debates paralelos’ que organizaron desde sus escaños en el patio de la Asamblea.
En cuanto a las intervenciones en el estrado, no hubo ni sorpresas ni decepciones. Todos se ajustaron al guion: Conesa (PSOE) cargó contra todo y contra todos, al punto que tuvo un encontronazo hasta con el presidente de la Asamblea, el abstencionista Castillo, y se empleó con extrema dureza sobre el gobierno regional, al que repetidamente calificó de “indecente e inmoral, fruto de la corrupcion” por saltarse el pacto anti tránsfugas; López Miras lo tuvo fácil para replicar: “El único diputado imputado por corrupción en esta cámara es usted” al tiempo que hizo un guiño a los diputados de Vox, a los que “agradeció” su trabajo; Juanjo Molina (Cs) se cebó con los tres tránsfugas (“sinvergüenzas”), que abandonaron el patio para no oír sus descalificaciones; Liarte (Vox) tendió puentes con el PP y mostró su “comprensión” tanto con los tres diputados díscolos de Cs como con los promotores de la moción de censura; María Marín (Podemos) dudó de la calidad democrática en una Región gobernada "ad eternum" por el PP, mientras que Quino Segado (PP) tampoco ahorró mandobles a derecha e izquierda. Se cebó especialmente con la candidata Martínez Vidal, a la que acusó de “consejera intrascendente” sin proyectos que recordar.
La candidata y promotora de la moción de censura, Ana Martínez Vidal, presentó su programa de gobierno, un documento de 24 puntos para llevar a cabo en los 24 meses que restan de legislatura. Fue, quizá, el discurso de más altura de una tensa jornada, aunque tras el anuncio de Liarte, su propuesta, que incluía un plan educativo, una auditoría y la ejecución del plan del Mar Menor, quedará en nada. Y es que la suerte estaba echada.