El director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo, ha instado este lunes a evitar que la reforma fiscal incremente la presión fiscal empresarial y patrimonial, algo que sería "especialmente contraproducente" porque ya son los ámbitos menos competitivos.
La reforma fiscal debería consistir en "un rediseño" del sistema tributario, que no aumente la presión fiscal "sino todo lo contrario", ha coincidido el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, durante la presentación del informe "Competitividad Fiscal 2021".
"No creemos que sea el momento de subir impuestos", ha insistido Fernández de Mesa, que aboga porque el incremento de la recaudación proceda de ampliar las bases imponibles en lugar de aumentar la presión.
En ese sentido, de acuerdo a los estudios de la organización estadounidense Tax Foundation, España se ha situado en 2021 en el puesto 29 de 36 en competitividad fiscal en la OCDE, por debajo del 27 de 2020 y del 23 de 2019.
Según sus cálculos, la presión fiscal (recaudación con respecto al PIB) es del 34,5 %, un porcentaje que se eleva hasta el 44,6 % en términos de presión efectiva, es decir, una vez que se descuenta la economía sumergida.
El IEE destaca especialmente a las empresas, cuya presión fiscal normativa se sitúa un 27,2% por encima de la media europea, y la tributación sobre el patrimonio, que supera en un 40,8 % la de la Unión Europea.
"El diseño del sistema fiscal es fundamental para la competitividad de un país", ha defendido Fernández de Mesa, porque una fiscalidad poco competitiva "va a desalentar" la inversión extranjera, al tiempo que ha cargado contra los "efectos distorsionadores" de algunas figuras tributarias.
En ese sentido, Izquierdo ha instado a evitar la doble imposición con los nuevos tributos, como los digitales, porque "no es aceptable ni razonable" que actividades que ya tributan en la economía tradicional tengan que pagar también por nuevos impuestos diseñados para actividades que actualmente no contribuyen.
