jueves. 09.05.2024

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se dieron hasta final de este año para concluir la revisión de las normas europeas de control del déficit y la deuda, que siguen dividiendo a los Veintisiete entre los partidarios de una mayor disciplina fiscal y los que piden más espacio para la inversión pública.

Según confirmaron fuentes europeas, en las conclusiones aprobadas este viernes durante una cumbre en Bruselas, los líderes llaman a sus ministros a seguir avanzando en unas negociaciones que dirige España como presidencia del Consejo de la UE con el objetivo de que haya nuevas normas cuando estas tengan que volver a aplicarse en 2024.

El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, subrayó a su llegada al encuentro la "importancia" de tener un acuerdo antes de final de año en un momento en que "el desempeño de la economía es aún fuerte", pero "las economías están empezando a ralentizarse".

Tanto Donohoe como la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, abordaron con los líderes la situación de la economía europea, en particular el aumento de la inflación y la ralentización que parece observarse en esta segunda mitad del año.

En esta línea, y a pesar de que el BCE pausó este jueves las subidas de tipos y los dejó en el 4,50%, Lagarde trasladó dentro de la sala a los Veintisiete que "es demasiado pronto para cantar victoria", y reiteró que el precio del dinero seguirá "en niveles suficientemente restrictivos el tiempo necesario para volver de manera oportuna al objetivo de una tasa de inflación del 2%".

Lagarde subrayó que la economía europea seguirá "anémica" el resto del año para "reforzarse" ya en 2024, al tiempo que defendió que en este contexto "Europa tiene que reforzar las inversiones para el futuro digital y verde", según aseguraron a EFE fuentes conocedoras de la conversación.

Por eso, la presidenta del BCE insistió en que un acuerdo a Veintisiete para reformar las reglas que limitan déficit y deuda públicos antes de que acabe el año "sería una importante señal de unidad".

Por ahora, las capitales europeas siguen divididas entre aquellas que, lideradas por Berlín, exigen que el nuevo Pacto de Estabilidad no relaje en exceso la disciplina fiscal - especialmente para los socios con una deuda sobre el PIB superior al 60% y un déficit por encima del 3% - y otras que comparten con París la necesidad de que dé margen para acometer inversiones en transición verde, digitalización y defensa.

Las negociaciones están siendo arbitradas por España como presidencia de turno del Consejo de la UE y el objetivo es plantear a los ministros de Finanzas de los Estados miembros un posible texto de compromiso en su reunión del 9 de noviembre.

El mismo presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, afirmó este jueves a su llegada a la primera jornada de la cumbre que se involucrará incluso "personalmente" para conseguir que los Veintisiete llegan a un acuerdo antes de que acabe el año, una meta para la que será imprescindible conciliar las posturas de Alemania y Francia.

Las viejas reglas fiscales llevan congeladas casi cuatro años, desde el estallido de la pandemia de coronavirus, pero se volverán a aplicar a partir de enero de 2024 si no hay un acuerdo para reformarlas, lo que obligaría a los países más endeudados a realizar recortes de gastos o subidas de impuestos para cumplirlas, tal y como advirtió este jueves el primer ministro portugués, António Costa.

Los líderes de la UE se comprometen a cerrar la reforma de las reglas fiscales este año