El consejero de Empleo, Miguel Motas, ha insistido en que el proyecto seguirá adelante. En una reciente visita explicó que su departamento lleva trabajando en ello desde 2019, "cuando supimos que el Centro de Formación para la Industria de Cartagena (CEFIC) estaba en riesgo de desaparición al abandonar Comisiones Obreras su política de formación y ponerlo en venta”.
El consejero ha destacado la colaboración tanto de FREMM como del Ayuntamiento en el proyecto y asegura que "será un centro de formación especializado, que permitirá cubrir la demanda de personal que requieren las empresas industriales de Cartagena y toda su comarca”.
Sin embargo, en las últimas semanas todos los actores implicados han subido un peldaño la presión para que este proyecto se fije cuanto antes, más ahora cuando aun se pueden hacer retoques en el anteproyecto de presupuestos regionales para 2021. Por ellos partidos como Cs y PSOE ya han llevado este asunto para su debate a la Asamblea Regional. También está encima de la mesa del debate en el ayuntamiento de Cartagena de la mano de MC.
Otro colectivo que se ha unido a esta petición es la Asociación de Antiguos Alumnos de la Escuela Técnica de Aprendices de la Empresa Nacional Bazán de Cartagena, (la actual Navantia), y cuya sede se encontraba en lo que hoy ocupa el Centro de estudios Isen, que también ha solicitado ser parte de este programa formativo.
Aunque el Gobierno regional y la SEF, junto a la FREMM, están inspeccionando terrenos (en el polígono Los Camachos), para levantar allí este modelo de formación para los jóvenes de la industria 4.0. Los antiguos aprendices, de hecho, quieren colaborar con la puesta en marcha de la Escuela.
Las empresas auxiliares, la patronal COEC y las grandes industrias de Cartagena vienen reivindicando este problema desde hace años. Ya en 2016 en el Círculo de Economía de la Región de Murcia responsables de empresas como Repsol, Navantia o Mecánicas Bolea incidieron en la necesidad de trabajar en dos direcciones para fortalecer el sector en el futuro. Por una parte, el salto tecnológico de las industrias auxiliares y, por otro, la formación profesional, con una oferta educativa poco adecuada a las necesidades a las necesidades.
