La actividad del sector manufacturero en España marcó en marzo su nivel más bajo en los últimos casi siete años, según el informe publicado este miércoles por la consultora Markit. Según la consultora, que obtiene sus datos tras encuestar a directores de compra de 400 fabricantes, el sector manufacturero registró "una fuerte contracción en marzo" por los efectos en la producción de la pandemia mundial por coronavirus y por el cese de actividad decretado en el Estado de Alarma en España.
La caída de la actividad ha sido muy importe en los sectores de bienes de consumo y, especialmente, en los de bienes de capital, en tanto que las plantillas del sector manufacturero se redujeron en marzo al mayor ritmo desde noviembre de 2013.
El Indice IHS Markit PMIR del sector manufacturero cayó hasta 45,7 puntos, muy por debajo del nivel 50,4 puntos registrado en febrero, señalando un fuerte deterioro de las condiciones operativas.
La pandemia de COVID-19 y el consecuente cese de actividad en España afectaron intensamente a la producción, que cayó al ritmo más fuerte desde junio de 2012, y a los nuevos pedidos, que disminuyeron al ritmo más intenso de noventa y dos meses.
Además, el impacto de la pandemia en el resto de países implicó una "brusca" caída de las exportaciones, al mayor ritmo desde abril de 2009.
Ante esta situación, los fabricantes redujeron las compras, marcando la mayor contracción en casi siete años, lo que además generó caídas de precios de materias primas, insumos y energía, que, por otro lado, abarataron sus costes.
Esta reducción de gastos fue repercutida por las empresas a sus clientes, marcando así la mayor caída de los precios cobrados en ocho meses.
De cara al futuro, las empresas ven la evolución del próximo año con "considerable incertidumbre" con respecto a los efectos que brote de COVID-19 tendrá en la actividad económica, tanto a corto como a largo plazo. Así, la confianza respecto al futuro se desplomó en marzo hasta alcanzar su nivel más bajo de la serie histórica, que comenzó en julio de 2012.