Según los Indicadores de Coyuntura Económica y Laboral Septiembre 2024 del CES, mientras que la economía mundial resiste ante las amenazas de recesión, con un ritmo de crecimiento que se fragmenta por zonas, y la de España sigue mostrándose vigorosa, con un mercado de trabajo que mantiene la fortaleza, una inflación suavizada, una población dinámica, el tirón de las exportaciones de servicios y el impulso que aportan el turismo y la industria manufacturera, la de la Región de Murcia prolonga y acelera con brío su progresión. La AIReF estima para el segundo trimestre de 2024 una tasa de variación anual del 3,1% en el PIB regional, casi el doble que la estimada un año antes y dos décimas más elevada que la española, esta, a su vez, holgadamente superior a la obtenida entonces.
Sectores
El sector agropecuario mejora los resultados del pasado año a la vista de los indicadores de los primeros meses, que revelan aumentos del empleo, de las principales cosechas agrícolas y de los sacrificios ganaderos, todo ello en un contexto en el que prosigue, si bien fuertemente desacelerado, el avance de los precios percibidos por los agricultores y se observa ya un significado descenso de los pagados por los insumos, con su potencial efecto favorable sobre la renta agraria.
Sucede asimismo en la industria, que eleva sus cifras de empleo y producción, aunque puede que la recuperación sectorial, a partir de la información sobre el clima empresarial, no esté todavía suficientemente afianzada. El índice de precios industriales entra en receso, lo que repercute negativamente en las cifras de negocios. Pero la producción industrial en volumen se acrecienta, en particular en bienes de equipo e intermedios, aun con la sombra que representa la debilidad, que persiste, en los bienes de consumo.
En la construcción, la obra pública disminuye con intensidad y la edificación residencial prolonga su estancamiento, lo que deteriora el empleo, aunque se atisba el final de la trayectoria alcista en los costes de producción. El precio de la vivienda se acelera con fuerza, lo que puede repercutir en que no termine de remontar
la compraventa de viviendas.
En los servicios, la actividad se dinamiza, así como el empleo, pudiéndose reseñar los buenos resultados en el turismo hotelero y el transporte, mientras que el comercio minorista, tras unos meses de flojedad, se reaviva.
Entre los indicadores de demanda interna, los relativos al consumo privado ofrecen cierta disparidad, pues a la citada debilidad de la producción de bienes de consumo se oponen otros que señalan incrementos significativos, como las ventas del comercio minorista y la matriculación de turismos.
Inversión
Más favorable es el panorama que trazan los indicadores de inversión, como el IPI de bienes de equipo e intermedios, el grado medio de utilización de la capacidad productiva en bienes intermedios y la matriculación de vehículos industriales. En cambio, es robusta la valoración que desprenden los del sector exterior, que gana pujanza. Frente a la atonía mostrada en 2023 por las exportaciones regionales de mercancías, entonces con un avance nominal endeble que, por otra parte, encubría un significado deterioro de la actividad en términos de toneladas, desde el segundo trimestre del actual ejercicio se produce un crecimiento considerable, más incluso de lo que refleja una discreta tasa de variación interanual del valor en euros corrientes, porque este año los precios retroceden y, en volumen, aumentan más de un 8%. Promueven la recuperación las exportaciones agrarias y alimentarias, excepto grasas vegetales, productos químicos, textiles y metales comunes.
Inflación
Se suaviza la tensión inflacionista. El IPC regional de agosto repunta un 2% en un año, el nivel más pequeño de 2024 y de los últimos catorce meses, por debajo del 2,3% que se estima en España. Como la caída de los precios de la energía se hace notar y la alimentación también se calma, en especial los productos sin elaborar, la inflación subyacente es más alta en medio punto porcentual, pero, a su vez, es el menor registro desde el final de 2021. Transporte, Comunicaciones, Muebles, artículos del hogar y artículos para el mantenimiento corriente del hogar y Vestido y calzado presentan tasas anuales negativas, la primera de cierta entidad. La deflación energética explica el retroceso de los precios en partidas como carburantes y combustibles o el transporte personal, aunque la luz se aparta de este esquema. La hostelería manifiesta unas tensiones fuertemente inflacionistas, como apuntan las pronunciadas subidas en restauración, servicios de alojamiento y paquetes turísticos.
Costes laborales
Los costes laborales y salariales siguen recuperando la pérdida de poder adquisitivo por parte de los trabajadores, pero de forma más relajada. El coste laboral mensual por trabajador en la Región de Murcia crece un 4,4%, tres décimas más que en España. El coste salarial equivalente lo hace una décima más. Sin embargo, no ocurre lo mismo con el coste por hora efectiva trabajada, cuya tasa se contrae en unas décimas en ambos componentes. Además las cuantías sólo superan las de Extremadura, Canarias y, en lo que concierne al coste salarial unitario, Andalucía. Esta contención puede enlazarse con los aumentos salariales pactados, que rondan en torno al 3%, como fija el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva actualmente vigente para 2024. En cuanto al número efectivo de horas de trabajo, se eleva de forma significativa respecto al primer trimestre, pudiendo influir los factores estacionales, pero de las medias móviles trimestrales se desprende la continuidad de la débil trayectoria declinante previa.
Déficit
Las cuentas consolidadas de la CARM presentan de nuevo un amplio déficit en el primer semestre de 2024, equivalente, en términos presupuestarios, al −2,24% del PIB regional. Los ingresos no financieros suman 2.436 millones de euros, con lo que crecen a una tasa anual del 2,3%. Es un incremento tenue respecto al de los gastos no financieros, cuyo importe se cuantifica en 3.360 millones después de aumentar un 6,5%. Expresado el déficit público regional conforme a los criterios de la contabilidad nacional, asciende a 747 millones de euros, un −1,81% del PIB murciano, considerablemente más alto que en el mismo semestre de 2023, sólo más liviano que el de Baleares y muy distanciado del objetivo fijado para este ejercicio. Pendientes todavía de la información del segundo trimestre que publica el Banco de España, el primer dato de 2024 deja una deuda pública de la CARM de 12.356 millones de euros, 850 millones más que en marzo de 2023; supone un 31,4% del PIB regional, ratio sólo inferior a las de la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha.
Empleo
La EPA del segundo trimestre de 2024 reafirma la continuidad del proceso de creación de empleo que mantiene la economía murciana. Estima en 683.000 el número de personas ocupadas en ese periodo, un 2,3% más que un año antes, pero esta tasa se alza un punto más para el promedio de los últimos cuatro trimestres. Sobresale el impulso del empleo femenino, del de origen extranjero y en la cohorte de 35-44 años, aunque es la de 45-54 años la que cuenta con el mayor número de ocupados y alrededor de un 20% de estos tiene 55 años o más. El empleo no asalariado sigue resintiéndose, mientras que el asalariado crece tanto en el sector privado como en el público, en aquel con mayor intensidad.
La temporalidad laboral frena su recorrido a la baja, aunque el empleo fijo sigue aumentando, sobre todo el de naturaleza discontinua, cuya cifra es de 63.200 integrantes. El empleo temporal tiene una orientación de sesgo muy acusada, en la medida en que lo componen más mujeres que hombres. Las distintas evoluciones abocan a una tasa murciana de temporalidad que se estima en un 19,1%, unos dos puntos mayor la femenina y otro tanto inferior, la masculina. En términos interanuales, se retrae el empleo a tiempo parcial, con una tasa del 14% sobre la población ocupada murciana. Persiste el sesgo de género definido por su peso minúsculo en la ocupación masculina, mientras que, en la femenina, tiende a una quinta parte. La población parada murciana vuelve a estar por debajo de los cien mil integrantes (98.700), pero aumenta en un año. La tasa de paro murciana se estima en un 12,6%, más alta en más de un punto que la española. El desempleo es principalmente femenino. Por tramos de edad, la tasa de paro entre las personas activas de 16 a 24 años es de un 28,7%.
La contratación agraria estacional contrae el paro extranjero, aunque sigue con una tasa mayor que la de los españoles. En cuanto al paro de larga duración, vuelve a descender, aunque todavía son más de 38.000 personas quienes llevan al menos un año intentando encontrar un trabajo sin lograrlo.
La creación de empleo en la economía murciana es perceptible también a la vista de los datos de la Tesorería General de la Seguridad Social. Revelan que la afiliación laboral alcanza su máximo en junio, contrayéndose paulatinamente hasta agosto, con 651.400 personas inscritas, por el habitual efecto de la estacionalidad. Pero de la media que arroja el periodo eneroagosto de 2024 resulta una tasa anual del 3,1%, casi el doble (1,6%) que la de un año antes. Se impulsa el Régimen General, pero el de Autónomos se mueve de forma más debilitada y mengua la afiliación agraria. Por secciones de la CNAE-2009, Educación se resiente de la estacionalidad estival, pero se
expande en términos interanuales y quinquenales por delante de las demás.
En sentido contrario, hay menos afiliación laboral sobre todo en Actividades financieras y de seguros a lo largo del tiempo.
El paro registrado se cuantifica en 79.500 personas inscritas el último día de agosto. Una de las cifras más bajas de los últimos tiempos, que no impide el ascenso de la cifra de personas beneficiarias de prestaciones por desempleo, lo que eleva la tasa de cobertura (77,8%) hasta uno de los valores más altos de la serie histórica. Crece sobre todo cuando la prestación es contributiva, con 33.700 beneficiarios en julio, pues el subsidio, aunque con una tendencia anual semejante, pierde viveza conforme avanza el año. La renta activa de inserción se estabiliza en torno a las 4.000 personas receptoras.
Una vez que la reforma laboral más reciente impulsa la contratación fija en sus primeros momentos de vigencia, esta empieza a declinar. Entre enero y agosto de 2024 se realizan unos 385.200 contratos laborales, de los que 211.700 son fijos y 173.500 temporales, en ambos casos a la baja respecto a igual periodo de 2023. La cifra de contratos fijos discontinuos es de 124.400, también decreciente. La tasa de temporalidad de la contratación laboral, que llega a rebasar en la Región de Murcia el 90% antes de la citada reforma y que esta ayuda a contraer hasta llegar a un suelo alrededor del 43%, sube ligeramente a un promedio del 45% en los meses de referencia. Teniendo en cuenta que la contratación laboral se reduce a la vez que se crea empleo, apunta a un retroceso de la rotación laboral.
La cifra regional de trabajadores bajo un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) debido a que no se han reincorporado o retomado su jornada habitual no supera los 200 desde marzo. Además, a lo largo del año, se acumulan sólo 749 trabajadores afectados en los diferentes ERE presentados ante la autoridad laboral, de los que la mayoría atiende a despidos colectivos.
Las conciliaciones individuales crecen de forma moderada, proviniendo la mayor parte del incremento de las sanciones o motivos distintos al despido o la reclamación de cantidades, siendo más suave la contribución de las de despido y de cantidad. Más contundente es el auge en las resoluciones judiciales en materia de asuntos sociales. Es muy escasa la actividad laboral perdida por huelgas, 334 jornadas de trabajo hasta mayo, cuyo peso relativo es ínfimo en el contexto nacional. La siniestralidad laboral se reduce ligeramente. En los siete primeros meses de 2024 se acumulan 11.209 accidentes laborales con baja en jornada de trabajo, un 1,5% menos que en el mismo periodo de 2023, a los que se unen 1.800 acaecidos in itinere. De aquellos, la cifra de accidentes graves es de 48, mientras que los mortales ascienden a 11, ambos datos inferiores a los correspondientes a las mismas fechas del año pasado. Relacionando el número de accidentes con el de afiliados a la Seguridad Social con las contingencias cubiertas resulta una tasa de 1.768 por cada 100.000 personas inscritas, de la que resulta una tasa anual del -4,3%.