Cerca de un centenar de representantes del tejido empresarial de la Región de Murcia están este jueves en Barcelona con motivo del acto de cierre del movimiento #QuieroCorredor en 2022, que alcanza así su sexto año de reivindicaciones.
#QuieroCorredor nació de la mano de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) y cuenta con el respaldo de las organizaciones empresariales del Arco Mediterráneo, desde Cataluña a Andalucía.
Fomento del Trabajo, CEV, CROEM y CEA como organizaciones territoriales, y también las federaciones y asociaciones comarcales y provinciales, han actuado en ese tiempo como una sola voz pidiendo la ejecución íntegra de la infraestructura, vital para el desarrollo social y económico de unas regiones que concentran el grueso de la población y el PIB de España.
Al frente de la delegación empresarial regional están el presidente de CROEM, José Mª Albarracín, quien subraya una vez más el objetivo de reivindicar la culminación del Corredor Mediterráneo en 2025, y Fernando López Miras, que exigió al Gobierno central “que pase de las palabras a los hechos con el Corredor Mediterráneo”.
“El Corredor Mediterráneo es una obra esencial para el futuro de España y de la Región, y debe materializarse lo antes posible”, subrayó el máximo responsable autonómico, quien recordó que “necesitamos decisiones y obra ejecutada”. Sin embargo, se mostró pesimista sobre las soluciones aportadas en este acto empresarial por la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, al afirmar que “me temo que nos iremos con más dudas que certidumbres”.
Según López Miras, en el caso concreto de la Región, el Ministerio “debe dar respuesta a dos cuestiones que nos afectan y sin las que no habrá Corredor Mediterráneo: cómo va a llegar el Corredor a Cartagena, porque de momento no hay nada avanzado, y cómo se va a solucionar la integración en Lorca, que ahora mismo es uno de los cuellos de botella del trazado”.
El jefe del Ejecutivo regional también recordó algunos de los efectos económicos derivados de la ausencia de Corredor Mediterráneo y Alta Velocidad durante los último cuatro años, como que, “según la Universidad de Murcia, la Región ha dejado de recibir a 720.000 pasajeros, lo que supone renunciar a 1.200 millones de euros y más de 9.400 puestos de trabajo”.
El presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda, ha afirmado este jueves que es "imposible" que el Corredor Mediterráneo en España esté acabado en 2026 "ni en el año 2035", última fecha que baraja el Gobierno para la finalización de esta infraestructura.
"Quizá desde Murcia hasta la frontera francesa esté prácticamente acabado en 2026 o 2027, pero desde Algeciras, en absoluto", ha subrayado.
Ha apuntado que el tramo entre Castellón y Barcelona está bastante avanzado, quizás al 80%, igual que el de Valencia-Castellón. "De Murcia a Valencia, un poco menos y de Algeciras a Murcia no creo que llegue al 20%".
Por ello, los empresarios reclamarán a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, "más celeridad en las obras" para una infraestructura que es "clave" para las comunidades del arco mediterráneo y para España entera.
Sobre los fondos europeos, Boluda cree que llevan impulsando la obra mucho tiempo, otra cosa es, ha matizado, que hayan ido a infraestructuras que se han atribuido al Corredor Mediterráneo, "pero que no eran".
"Creo que han desviado algún que otro fondo importante a infraestructuras que no correspondían al Corredor Mediterráneo, aunque lleven ese nombre", ha apuntillado.
El presidente de Mercadona, Juan Roig, considera una "ofensa" para todas las personas que viven en el arco mediterráneo que este corredor ferroviario no esté acabado y ha achacado los retrasos a que España tiene un modelo de conexión radial, en vez de circular.
Roig ha lamentado que el trayecto entre Barcelona y Valencia dure tres horas y diez minutos, mientras que el trayecto Valencia-Madrid se hace en 1,30 horas.
Sobre el trayecto entre Valencia y Alicante ha dicho que "es infinito".
El Gobierno español prevé culminar el Corredor Mediterráneo en 2030, es decir entre Algeciras (Cádiz) y la frontera francesa, y tenerlo listo en 2026 en el tramo que va de Almería a Francia, y confía en que haya avances en este proyecto también por el lado francés. Así lo ha asegurado la ministra de Transportes, Raquel Sánchez.
La ministra ha comentado que 2030 es el "escenario máximo" de plazo dado por la Comisión Europea para tener lista esta red de transporte en su totalidad, es decir, desde Algeciras hasta la frontera francesa.
Sánchez ha recordado ese límite y ha dicho que la voluntad del Gobierno es "agilizarlo al máximo" y que "ojalá" sea posible culminarlo "antes", a la vez que ha reivindicado que desde 2018 el avance en las obras es "indiscutible".
No obstante, ha recordado que el Corredor implica no solo tener acabada la infraestructura ferroviaria, sino la viaria y la conexión con los diferentes puertos y terminales.
"EL FUTURO DEL PUERTO DE CARTAGENA PASA POR EL CORREDOR MEDITERRÁNEO"
La presidenta de la Autoridad Portuaria de Cartagena, Yolanda Muñoz, ha reclamado en Barcelona que “el Puerto de Cartagena y la Región de Murcia no pueden esperar más”.
Muñoz ha recordado que “el futuro del Puerto de Cartagena y de la Región pasa por el Corredor Mediterráneo, una infraestructura vital para enlazar la red ferroviaria de Escombreras, Barlomar y la ZAL conectando las mercancías con Europa en menor tiempo” y ha reclamado que “se cumplan los plazos marcados por el Gobierno central para que el Corredor no sufra más retrasos que merman el desarrollo logístico y económico de Región”.
“Nuestra competitividad y crecimiento va unido a la intermodalidad para ser motor de desarrollo, más sostenible y eficiente. La ejecución del Corredor es estratégica porque contribuirá a la vertebración de España, haciendo más fuertes a los puertos mediterráneos y descongestionando el transporte por carretera, lo que repercutirá en más riqueza y empleo en el conjunto de España”, ha valorado la presidenta de la APC.
El acto de Barcelona sirve para chequear una vez más el estado de la infraestructura, revisar los avances y demandar que se resuelvan los compromisos pendientes.