Los pronósticos sobre la cosecha de la vendimia de este año empeoran según avanza la campaña y si al comienzo los viticultores esperaban un descenso del 12% respecto al año pasado, ahora estiman que la caída será de entre un 20 y un 30%, sin que por ello los precios de la uva tiendan a subir.
La sequía y las altas temperaturas de la primavera se encuentran detrás de esta situación, que dejará la producción final de la campaña por debajo de los 35 millones de hectolitros, según han manifestado las organizaciones agrarias.
Se trata aún de previsiones preliminares a falta de que comience a cortarse la variedad de uva blanca airén, muy resistente al calor y a la sequía y que es la mayoritaria en Castilla-La Mancha, región que concentra casi la mitad del viñedo de España y que acaba marcando la tendencia de la producción a nivel nacional.
El presidente de la sectorial vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Fernando Ezquerro, indica que la producción final se quedará en la parte baja de las primeras previsiones que se hicieron, que hablaban de entre 35 y 36 millones de hectolitros.
"La sensación es de que el calor ha dejado la uva un poco tocada y ha perdido kilos", señala Ezquerro, quien también preside la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, donde al principio vislumbraba "una buena cosecha", aunque ahora ha empezado a "tener dudas".
La producción será "mucho menor de lo que se dijo al principio", señala el técnico del sector del vino de la organización agraria Asaja, José Ugarrio, quien explica que no ha caído nada de agua durante estos últimos meses y estima entre un 20 y un 30% menos de cosecha a nivel nacional.
El responsable del sector vitivinícola de la organización agraria COAG, Joaquín Vizcaíno, enfatiza que el escenario es "mucho peor" de lo que se dijo al principio y que no habrá "ni 35 millones de hectolitros", lo que representará "una de las vendimias más cortas de los últimos años".
El encargado del vino de la organización agraria UPA, José Manuel Delgado, coincide en que el descenso puede ser del 20% en toda España, pero prefiere mostrarse cauto porque aún no ha comenzado la vendimia de la airén y recuerda que el año pasado también se llegó a hablar de una caída elevada que luego no fue tal.