La Región de Murcia produce la mitad de los melones que exporta el conjunto de España, con un 49,7% del valor económico y el 49,5% de las toneladas totales. Así lo expuso la consejera de Agricultura, Sara Rubira, durante una visita a unas instalaciones de procesado de melón de la empresa Medifruver, en el municipio de Torre Pacheco.
Allí conoció las tareas de recolección de un cultivo que alcanza actualmente las 4.170 hectáreas en la comunidad, y que “se reafirma como uno de los cultivos marca Región de Murcia, reconocido por su excelente sabor”.
En cuanto a los principales destinos, Alemania, con 46 millones de euros en ventas, es el principal país al que se exporta melón de la Región de Murcia, seguido de Francia, con 42 millones de euros, y Países Bajos, con unas ventas que superan los 21 millones de euros.
La consejera destacó el cultivo de melón “como mejor ejemplo de la agricultura sostenible y de precisión que defendemos y que ha convertido a la Región de Murcia en el modelo a seguir, optimizando los recursos, aplicando la innovación y la tecnología al desarrollo del producto y de la mano de la investigación para la consecución de variedades más resistentes y que respondan a las necesidades del mercado”.
Los tipos de melón cultivados en la Región son Amarillo, Galia, Cantalupo y Piel de Sapo. El 96% de la superficie de melón se encuentra al aire libre, y el 4% restante bajo invernadero. El grupo de melón de piel lisa ocupa el 55% de la superficie, seguido por el 25% de otros melones, el 18% de Cantalupo y 2% de Tendral.
Medifruver es una central hortofrutícola creada en el sureste cuyo objetivo es alcanzar nuevos mercados y mejorar las posibilidades de negociación, producción y distribución tanto a nivel nacional como internacional. Cuenta con una gran trayectoria en una amplia gama de cultivos ecológicos entre los que destaca el melón, pimiento, apio, calabacín, brócoli o calabaza.
Se trata de la tercera generación agrícola y tiene establecido un Sistema de Gestión de Calidad basado en el cumplimiento de los protocolos BRC e IFS, que garantiza que las actividades enmarcadas dentro de dicho sistema se realizan conforme a especificaciones, instrucciones, normas, códigos y requerimientos definidos por la legislación, así como un SIG basado en los requisitos de normas de protocolos como BRC, IFS y dirigido hacia la mejora continua de su eficacia y eficiencia.