Este pasado domingo, 18 de octubre de 2020, con 56 años, Marcelino Solana Ayala nos decía adiós después de un tiempo peleando contra una dura enfermedad. Marcelino era el continuador de una importante saga familiar de cartageneros de pro. Su abuelo D. Aurelio Ayala le marcó y el 'Capitán', como a él le gustaba llamar a su padre Perfecto Solana, otro grande de Cartagena, y otrora capitán de la Marina Mercante y gran empresario local, donde creó empresas del sector industrial, químico, hostelero, etc., y fue presidente de la Cámara de Comercio, le inculcó el gusanillo del emprendimiento.
Marce, como le llamábamos sus amigos, siguiendo la escuela familiar, muy joven se involucró en el mundo de los negocios. Como él solía decir “no sabía hacer otra cosa”. Sus iniciativas empresariales fueron numerosas, con tan solo 18 años fundó S&S Trading, dedicada al comercio exterior con Hong Kong, para continuar con la promoción inmobiliaria o la organización de espectáculos (con la empresa Eventos), y también en el mundo industrial, como CEO de la empresa Continental Obras y Construcciones.
Siendo una persona sensible y comprometida con su tiempo y su tierra, no podía dejar de involucrarse en temas medio ambientales y de eficiencia energética, y de esa inquietud nació la empresa Ibermed Ingeniería y su estrecha colaboración con el Centro Empresarial Municipal para la Investigación, Desarrollo e Innovación (Cemidi) de Torre Pacheco, para investigar soluciones para los residuos agrícolas y la mejora de nuestro maltrecho Mar Menor. Otro de sus proyectos, posiblemente en el que más ilusión, tiempo y esfuerzo de todo tipo había depositado, y que desgraciadamente no podrá ver pero que esperemos algún día sea realidad, era la regeneración de la Bahía de Portmán.
Marce entendía la empresa y la responsabilidad empresarial, la tan llamada (y muchas veces ignorada) Responsabilidad Social Corporativa (RSC) “no solo como una aspiración de buena imagen, sino como un estilo transparente de gestión de los recursos…/… bajo el principio de respeto a los derechos de los demás (individuales y colectivos), y el principio ético de preservación de los recursos naturales como patrimonio de las generaciones futuras”. “El éxito tiene muy poco que ver con la velocidad... pero mucho que ver con la dirección”, era una de sus frases recurrentes.
Y como su padre, al que tanto admiraba, entró en el asociacionismo fundando junto a otros jóvenes empresarios la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE). Fruto de su inquietud por hacer cosas para su tierra, creó el Trofeo Bahía de Cartagena, que durante muchos veranos nos traía a nuestro estadio Cartagonova equipos de fútbol de primer nivel como el Real Madrid, el Bayern Múnich, el Deportivo de la Coruña, etc. Y otro tanto hizo con el baloncesto o los conciertos de grandes figuras de la canción. Su amplio abanico de amistades como Juan Onieva, Emilio Butrageño o Alejandro Sanz, entre otros muchos, lo hacían posible, y gracias a sus gestiones Cartagena pudo disfrutar de estos eventos de primerísimo nivel.
De la mano de grandes del periodismo como Juan Ramón Lucas y Carlos Herrera, así como de líderes políticos de todos los colores, hizo posible que muchos proyectos de distinta índole llegaran a Cartagena o su comarca. En el mundo de la cultura ¡Cuánto ha hecho Marce por La Unión y el Cante de las Minas! Y todo ello sin hacer ruido, sin sacar pecho, en la sombra, en un segundo plano siempre, como a él le gustaba estar, pero con una total involucración.
Y si amplio es su curriculum empresarial, no menos amplio (pero si bastante menos conocido), lo es en su faceta altruista; colaborando personal y económicamente en multitud de proyectos sociales. Uno de los más relevantes puede haber sido la puesta en marcha de la Fundación Chinguetti, en Mauritania, con la creación del Hospital de la Fraternidad (inaugurado en 2004), la subvención para un aula de formación sanitaria (a la que puso el nombre de Eugenia, su hija) y el suministro de cuatro ambulancias. “Su compromiso y generosidad seguro que han salvado muchas vidas en el desierto del Sahara”, dice su gran amigo Alfonso Torres (propietario de la discoteca Trips). Y no solo en remotos lugares ha quedado la huella altruista de Marce, “también hizo mucho por Cartagena, como empresario y en lo personal, ayudando a muchas instituciones y participando en todos los colectivos donde se le requería", en palabras de otro de sus grandes amigos Tomás Martínez Pagán (directivo de Mecánicas Bolea y vicepresidente de la FREMM).
Y siendo Marce una persona que estaba de vuelta, mejor dicho “de vueltas” por el mundo (pocos países le habrán quedado por pisar en sus viajes de ocio o trabajo), era capaz de emocionarse (y de llorar de alegría al completarlo), haciendo algo tan sencillo y nuestro como el Camino de Santiago, que tuve el privilegio de compartir con él en agosto de 2018. Como buen franciscano (estudió en el colegio de los Franciscanos de Cartagena), soportó las largas caminatas y subidas del Camino siempre con alegría y fe en alcanzar la meta, contagiando su entusiasmo a quienes se encontraba.
El lunes 19, ese gran 'Capitán Marcelino' fue despedido por su querida familia: su madre Angelita, su amada esposa Mar, sus hijas Eugenia y Martina, a las que adoraba, y sus hermanos Aurelio, Francisco, María Eugenia, Perfecto y Alfonso; junto a demás familiares e infinidad de amigos venidos de todas partes, que le saludaban con un sonoro y emotivo aplauso a la entrada de la iglesia parroquial de San Isidro Labrador de Los Belones (pueblo que aprecia a toda la familia Solana) y le despedían con otro más fuerte a la salida.
"Y se va, dejándonos rotos y vacíos a todos los que tuvimos la inmensa fortuna de ser sus amigos. Personas con su luz encuentras muy pocas en la vida. Siempre estarás en mi recuerdo, Marce. Ha sido un honor. Descansa en Paz, amigo mío", ha expresado nuestro senador del PP Francisco Bernabé.
Marce fue amigo de sus amigos, el mejor, tanto de aquellos que le querían como de los que lo utilizaron, y siempre tenía la mano tendida para ayudar a cualquiera que lo requiriera. Como dice de él en un tuit su gran amigo y cantante Alejandro Sanz “Marcelino era un buen hombre, un hombre bueno. Un Cartagenero comprometido con su tierra, con la tierra y con todas las personas fueran de donde fueran".
Marce se nos fue, pero su estela perdurará siempre, porque cuando un grande se va su trabajo y su labor nunca se olvida. Sin duda, querido Marce, tú ocuparás un lugar destacado junto al Padre por todas tus virtudes, que por mucho que digamos sobre ti los que te hemos conocido y querido, siempre nos quedaremos cortos. Si puedes, ayúdanos a seguir tu ejemplo y estar a tu altura.
Un abrazo eterno, querido amigo y compañero, y muchas gracias por todo lo que hiciste por tu tierra y tus amigos, pero sobre todo por honrarnos con tu amistad.