martes. 03.12.2024

Abrirse al exterior (IV): Filiales en otros países

Una vez expuestas las consideraciones de establecernos en un país extranjero pero sin operar con personalidad jurídica propia en el mismo, siendo una sucursal o establecimiento permanente, vamos a entrar en lo que supondría ir un paso más adelante y constituir en el país (o en España siendo una empresa extranjera) una empresa filial.

 

¿Qué es una empresa filial?

Una empresa filial, como se define en la RAE, es una que está controlada por otra. Si nos decidimos a constituir una empresa en el extranjero, esto implica que al contrario que con un establecimiento permanente, esa entidad es autónoma con personalidad jurídica y por tanto responsable propia de sus deudas. Tendrá sus propios estatutos, sus propios órganos de dirección y administración y podrá repartir dividendos o no a la empresa matriz. La empresa matriz poseerá el control de la filial mediante la tenencia de acciones pero ambas serán jurídica y fiscalmente independientes. Por tanto, la filial extranjera (o española en el caso de que sea el caso de una matriz extranjera que se quiere instalar aquí) se entenderá como residente en el territorio establecido a diferencia de su matriz. Se puede establecer una filial dentro del mismo país obviamente, pero eso es otro caso.

 

Puede interesar por mil razones estratégicas; separar responsabilidades, dividir producciones, segmentar mercados, diversificación de riesgos… y también por optimizaciones fiscales.

 

Sociedad holding

La sociedad matriz será la sociedad holding, pudiendo operar como holding “pura” (ver operativa de la sociedad holding) o teniendo su propia línea de negocio.

 

Cada caso es diferente del resto y conviene analizarlo bien antes de dar el paso. Debemos conocer bien el territorio donde queremos instalarnos. Hay que estudiar bien los convenios de doble imposición de los diferentes países en relación a las operaciones entre matriz y filial. La constitución de la filial nos va a acarrear unas obligaciones formales y fiscales casi idénticas a las de una empresa normal, pero puede que nos beneficie estratégicamente en muchos aspectos y por ende, en términos monetarios.

Abrirse al exterior (IV): Filiales en otros países