sábado. 23.11.2024

Contra el desperdicio alimentario tenemos que luchar con educación

Tendemos a culpar a otros, pero es mucho lo que podemos hacer por nuestro mundo, con pequeños gestos todos los días.
Diseño sin título (12)

El 40% de los desperdicios alimentarios se produce en los hogares. El 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano, proviene de la pérdida y desperdicio de alimentos. A nivel mundial 1 billón de kg al año de alimentos que se desperdician o se pierden. El 28% de la tierra agrícola que se destina a cultivar alimentos, no llega a consumirse.

Tendemos a culpar a otros, pero es mucho lo que podemos hacer por nuestro mundo, con pequeños gestos todos los días.  Os dejo algunos ejemplos:

·         No tirar comida. Cocinar las raciones acorde a las necesidades de la familia.

·         Comprar comida con fecha cercana a la caducidad.

·         No rechazar comida por su aspecto físico.

·         Llevarnos las sobras en un restaurante

Evitar que las cosas caduquen: rentabilidad para nuestra empresa y para nuestro hogar. Cuando era un niño, en mi casa la norma era: ¿Qué comemos hoy? Lo que haya que gastar. O que empresarialmente viene a ser un FIFO en toda regla.

Como empresario hay que evitar que las cosas caduquen. Tenemos que ser exigentes con el FIFO. Tenemos que buscar mercados donde un producto menos apetecible visualmente sea valorado y no rechazado.

El gasto medio anual por persona en alimentación son aproximadamente 4.600 euros. Imaginaos, una familia de 3 personas gastaría 13800 euros anuales; si tiramos el 40%, estás tirando a la basura 5520 euros. ¿Te parece rentable ahorrar esa comida? ¿Eras consciente si quiera de estos datos?

Personalmente una de las cosas que más me duele, son los rechazos por aspecto físico. Los vegetales son plantas y pueden estar sometidas a factores medioambientales o productivos que cambian su aspecto físico, pero no su sabor ni calidad y me duele no poder comprar este tipo de productos por su rechazo en el mercado y la educación en la perfección que hemos generado estos últimos años.

Desgraciadamente estamos perdiendo esa generación de abuelos que vivieron una guerra y que nos enseñaron a no tirar comida.

Hemos tenido la suerte de vivir en la abundancia, pero es que esa abundancia esta generando serios problemas de los que no somos ni conscientes.

Tenemos que poner soluciones, y pueden ser hasta divertidas. Yo a mis hijos les estoy enseñando que las cosas no hay que juzgarlas por su aspecto, sino por su sabor. Como ejemplo, esta foto adjunta al artículo.

Varios tips que utilizo para evitar el desperdicio:

- Cuando empiezan a ponerse feas y maduras, hacemos batidos de frutas.

- En el súper jugamos a elegir las frutas más raras y les ponemos nombres: ¿Qué os parece la fresambuesa de la foto?

- Qué frutas creéis que elige mi hijo en el súper? Va buscando las que nadie quiere.

El mundo necesita un cambio y me alegra ver que en el mundo empresarial estamos creando empresas para recuperar materiales y evitar el desperdicio alimentario. ¿Es altruista?, os digo que no,  pero es rentable y es bueno para el mundo. Así que ojalá muchas más empresas crezcan en esta línea.

No echemos la culpa a otros y mirémonos a nosotros mismos,  el usuario final somos el 40% del problema y tenemos el derecho y la posibilidad de hacer mucho con poco y encima resultará rentable para nuestra bolsillo.  Las cenas navideñas familiares es uno de los mayores momentos de desperdicio., puede ser un buen momento para empezar. ¿Te unes?  

Contra el desperdicio alimentario tenemos que luchar con educación