Bolivia ya está utilizando el yuan para pagar importaciones y exportaciones, convirtiéndose en el último país de Sudamérica en utilizar regularmente la moneda china, lo que implica un creciente desafío a la hegemonía del dólar estadounidense en las transacciones financieras internacionales en la región.
Entre mayo y julio de este año, Bolivia llevó a cabo operaciones financieras por un total de 278 millones de yuanes chinos (38,7 millones de dólares), lo que representa el 10% de su comercio exterior durante ese período, pero lo importante no es el volumen, sino lo que representa su potencial crecimiento.
Estas transacciones se realizan a través del Banco Unión, propiedad del Estado. Además, el Gobierno está trabajando para la implantación en Bolivia de un banco chino. Con estas transacciones, Bolivia se une a otros países de Sudamérica, especialmente Brasil y Argentina, que también están utilizando el yuan. Los tres países están gobernados por gobiernos de izquierda o inclinados hacia la izquierda.
Según el Ministro de Economía, Marcelo Montenegro, la principal motivación es la escasez de dólares que el país está sufriendo desde hace tiempo, junto con el hecho de preexistentes y estrechos vínculos comerciales con China.
En América Latina y el Caribe, el uso del yuan está creciendo, principalmente en aquellos países que buscan establecer lazos más fuertes con China y que se consideran políticamente alineados en el objetivo de disminuir su dependencia general del dólar y de los EE.UU. El uso del yuan se da en un momento en que la presencia de China en la región está aumentando debido al incremento del comercio y la inversión y en Argentina, China es un prestamista necesario para mantener el país a flote.
De hecho, a comienzos de este año, el gobierno de Argentina presentó un plan para utilizar el yuan como pago de sus importaciones desde China y ha planteado la posibilidad de pagar sus deudas con el Fondo Monetario Internacional utilizando esta divisa. En Brasil, el yuan superó al euro como la segunda moneda más importante en sus reservas internacionales a finales de 2022, cuando el 5,37% de las tenencias del banco central estaban en la moneda china, en comparación con el 4,74% para el euro.
No obstante, en un contexto de subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU., un dólar más caro también puede haber influido en la decisión de los bancos centrales de la región de ampliar las reservas de otras divisas.