China ha sido el mayor importador mundial de trigo en el año comercial 2022-23, que acaba de concluir, con un estimado de 12 millones de toneladas y superando así a Egipto, según el Servicio Agrícola Exterior del Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA).
Esta cifra constituye el nivel más alto de importaciones desde 1995-1996, cuando el país importó 12,5 millones de toneladas. El hecho también es significativo porque hasta el año 2020 las importaciones de trigo no tenían unos números muy llamativos en China, pero ahora ha triplicado el volumen de hace cinco años.
Los siguientes mayores importadores fueron Turquía y la UE, ambos con 10,5 millones de toneladas, e Indonesia con 10 millones de toneladas.
Los precios en China se han mantenido altos debido a un incremento en el precio mínimo del trigo asegurado por el gobierno y la reducción de la actividad de subastas relacionada con la política de “COVID Cero”, según el USDA. Los precios del trigo se mantuvieron alrededor de 450 dólares por tonelada el año pasado, mientras que los precios del maíz estuvieron a más de 400 dólares por tonelada.
Al mismo tiempo, los precios internacionales del trigo han tenido una tendencia a la baja, cayendo por debajo de los 400 dólares por tonelada gracias a la abundante disponibilidad para exportación de Australia, la UE y Canadá, lo que ha animado a China a importar grandes volúmenes. En el caso de Australia, encadena tres años sucesivos de cosechas récord.
Las compras chinas de trigo australiano entre julio de 2022 y febrero de 2023 aumentaron un 66% en comparación con el año anterior, mientras que las importaciones de Canadá aumentaron un 83%. Esta buena disponibilidad ha permitido que las fábricas chinas de piensos estén sustituyendo el maíz por trigo importado, de manera que el consumo de trigo de esta industria a día de hoy representa el 25% del consumo total de trigo del país.
En los sucesivos meses, el precio se prevé que esté muy influenciado por el acuerdo de grano del Mar Negro. El Kremlin advirtió el miércoles que las perspectivas para extender un acuerdo más allá del 18 de mayo que permita la exportación segura de granos y fertilizantes desde varios puertos ucranianos del Mar Negro no eran buenas, pues exigen más garantías para las propias exportaciones de productos agrícolas y fertilizantes, que aunque no están sometidas a sanciones Rusia esgrime estar afectadas por obstáculos a los pagos y seguros.
Esta tensión generada por parte de Rusia elevó el precio de los futuros del trigo de Chicago un 1% el pasado lunes.