La semana pasada, el BERD anunciaba la inclusión de Estambul, la ciudad más poblada de Turquía y Europa, en el programa de sostenibilidad urbana 'Ciudades Verdes'. De este modo, la institución aportará apoyo financiero para la construcción de una nueva línea de metro de 14 km que conectará el este y el oeste de la ciudad. Esta financiación complementará la actual financiación de otras dos líneas de metro.
Como primer paso dentro del programa, Estambul y el BERD comenzarán a desarrollar un Plan de Acción para evaluar, priorizar y abordar los principales desafíos ambientales de la ciudad. Esto permitirá una visión más verde y sostenible del futuro de Estambul y sus 16 millones de habitantes.
El BERD y el municipio de Estambul también trabajarán juntos para identificar oportunidades de inversión en áreas prioritarias de infraestructura verde, como regeneración urbana, gestión de residuos sólidos, gestión eficiente del agua y de las aguas residuales, carreteras e iluminación urbana, transporte, eficiencia energética de edificios públicos, energía renovable e infraestructura eléctrica.
Estambul se convierte así en la tercera ciudad de Turquía, junto con Izmir y la capital, Ankara, en unirse al programa de 'Ciudades Verdes' del BERD y en el 47º miembro del programa.
Además, en los últimos dos años, Estambul ha creado unos 4 millones de metros cuadrados de espacios verdes, siguiendo la promesa del actual alcalde, Ekrem İmamoğlu.
El BERD es un inversor institucional líder en Turquía y hasta la fecha ha invertido más de 13.000 millones de euros en el país a través de 337 proyectos, de los cuales el 96% han sido en el sector privado. En 2020, el Banco respondió a la pandemia de la Covid-19 aumentando su financiación en el país en 1,7 mil millones de euros.
Turquía tiene una ambición estratégica a largo plazo en materia ambiental que además de buscar una mayor eficiencia a nivel de movilidad y gestión de recursos, busca una mayor independencia energética. De hecho, pese a los recientes descubrimientos de yacimientos de gas, el país sigue apostando por el desarrollo de la energía renovable.
En tan solo cinco años, el país ha incrementado la producción de energía renovable en un 50%, situándose ya en 2019 entre los 15 principales países del mundo con mayor número de nuevos proyectos en marcha para aumentar su producción de energía renovable.
No obstante, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Turquía aprovecha menos del 90% de su potencia solar y menos del 80% de su potencia eólica y tiene todavía mucho por mejorar: sigue pendiente de desarrollar un sistema de reciclaje de residuos eficiente en sus principales ciudades y la adopción del vehículo eléctrico es muy limitada, aunque hay planes de inversión para que el país tenga su propia producción de vehículos eléctricos y baterías a partir de 2022.