Los flujos mundiales de inversión extranjera directa (IED) mostraron un fuerte repunte en 2021, un 77% más respecto a 2020, con un valor estimado de 1,65 billones de dólares, superando así su nivel previo a la pandemia de la COVID-19, según un informe publicado por la UNCTAD el 19 de enero.
Del aumento total de inversión (718.000 M$), más de 500.000 millones, o casi las tres cuartas partes, se registraron en economías desarrolladas. La cifra se traduce en un incremento de casi tres veces la cifra del año 2020. Las economías en desarrollo, especialmente las más pequeñas, experimentaron un crecimiento más modesto.
En Europa, más del 80% del aumento de la inversión se registró en las economías más pequeñas y en el caso de EE.UU., este incremento de inversión se duplicó, apoyándose en fusiones y adquisiciones con empresas extranjeras.
Por otro lado, los flujos de IED en las economías en desarrollo aumentaron un 30%, con un total de casi 870.000 M$, principalmente en el Sudeste Asiático y Asia Oriental y unas cifras cercanas a niveles previos a la pandemia en América Latina y el Caribe.
En el caso de África, la inversión se duplicó. Aunque la mayoría de países vieron un crecimiento moderado, el grueso se registró en una sola transacción financiera en Sudáfrica. La cifra total de 97.000 M$ representa un 147% de la cifra de 2020.
Según el informe de la UNCTAD, los inversores internacionales tienen gran confianza en sectores relacionados con la infraestructura, debido a condiciones favorables de financiación a largo plazo, paquetes de estímulo de recuperación y programas de inversión que han protagonizado el 2021.
Los acuerdos internacionales de financiación de proyectos aumentaron un 53% en número y un 91% en valor, con aumentos considerables en la mayoría de regiones de mayores ingresos y en Asia, América Latina y el Caribe.
Por el contrario, la confianza de los inversores en la industria y las cadenas de valor mundiales sigue siendo débil. Los anuncios de proyectos de inversión greenfield se mantuvieron prácticamente planos (-1% en número, +7% en valor). La cantidad de nuevos proyectos en industrias intensivas como la electrónica, se redujo aún más.
La financiación de proyectos en infraestructuras ahora supera los niveles previos a la pandemia en la mayoría de los sectores. El número de proyectos es superior principalmente en actividades relacionadas con la energía renovable.
La IED en los Estados Unidos, aumentó en un 114% con un total de 323.000 millones, mientras que las fusiones y adquisiciones internacionales casi triplicaron su valor, con 285.000 millones. A su vez, en la Unión Europea, aumentó un 8%, pero los flujos en las economías más grandes se mantuvieron muy por debajo de los niveles previos a la pandemia.
En el caso de China, el gigante asiático vio un récord por valor de 179.000 millones en la entrada de inversión, un aumento del 20%, impulsado por los servicios. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) retomó su papel como motor de crecimiento de la inversión en Asia y en todo el mundo, con entradas de hasta un 35% del total global
Los flujos de IED a la India fueron un 26% más bajos, principalmente porque no se repitieron los grandes acuerdos de fusiones y adquisiciones registrados en 2020, mientras que la inversión recibida en Arabia Saudita se multiplicó por cuatro, con 23.000 millones.
Los flujos a Sudáfrica aumentaron a 41.000 millones (frente a los 3.000 millones en 2020) debido al intercambio de acciones por valor de 46.000 millones entre la multinacional sudafricana Naspers y su unidad de inversión Prosus, que cotiza en los Países Bajos.
La perspectiva para la IED global en 2022 es positiva, según el informe, aunque es poco probable que se repita la tasa de crecimiento de 2021, ya que hay un efecto base muy grande, pero sí que se esperan grandes flujos de inversión en infraestructuras. También será determinante la evolución de la pandemia y del escenario geopolítico global.
