El Consejo Internacional de Granos (IGC) en su Informe del Mercado de Granos de este mes, prevé una disminución mensual de 24 millones de toneladas en la producción total de cereales para el año 2022-2023, afectando especialmente al trigo y al maíz.
En total, la cifra de producción estimada es de 2.251 millones de toneladas, 40 millones de toneladas menos que este año.
Con el consumo de alimentos frenado por los elevados precios de mercado, se prevé que el consumo total caiga en 8 millones de toneladas, a 2.279 millones de toneladas, la primera contracción interanual desde 2015.
Principalmente debido a una reducción de la producción de maíz, los volúmenes comerciales totales para 2022-23 se prevén en 3 millones de toneladas menos, unos 404 millones de toneladas, lo que marca una segunda disminución anual consecutiva. Con ello, los remanentes mundiales en stock se pronostican un 5% más bajas en comparación con 2021-22, con 580 millones de toneladas.
La producción total de granos para la campaña 2021-22, que finaliza el 30 de junio, aumentó en 3 millones de toneladas mes a mes a un récord de 2.291 millones de toneladas.
En el caso concreto de la soja, la producción mundial en 2021-22 disminuirá un 5% interanual, en 349 millones de toneladas, mientras que las existencias remanentes de este cereal disminuirán un 20% interanual en 45 millones de toneladas. El IGC prevé que tanto la producción como las existencias remanentes se recuperen en 2022-23, con un aumento de la producción del 11% a un récord de 387 millones de toneladas gracias a Estados Unidos y América del Sur, y las existencias remanentes mundiales aumenten a 58 millones de toneladas.
Impulsado por el aumento de los precios del trigo, el índice de cereales y semillas oleaginosas del IGC subió a un máximo histórico a mediados de mayo, un 24 % más alto que el año pasado en este momento.
Estos datos van en línea con las estimaciones del Departamento de Agricultura de EE.UU., según las cuales se espera que la producción de trigo caiga por primera vez en cuatro años. Según el organismo, la producción mundial de trigo de 2022-23 se pronostica en 774,8 millones de toneladas, la primera disminución desde la campaña 2018-19. A su vez, las existencias mundiales se esperan en 267 millones de toneladas, el nivel más bajo en seis años.
Lo anterior se debe principalmente a la guerra en Ucrania, que implica la pérdida del 35% de la producción del país, siendo este uno de los principales exportadores. Además, la producción de trigo en China, el mayor productor mundial, caerá un 1,4% a 135 millones de toneladas.
El clima anormalmente seco o cálido ha generado preocupaciones sobre cosechas más pequeñas en países productores como Francia e India, mientras que la sequía en los EE. UU. y Canadá también preocupan a los agricultores.
Por tanto, es previsible que los precios de los granos sigan aumentando y agravando la inflación existente a nivel mundial.