La crisis sanitaria global ha afectado a las empresas de todo el mundo de distintas formas, pero en particular supuso un gran golpe inicial a las pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan más del 90% del total de empresas en todo el mundo. Muchas empresas cerraron sus puertas temporalmente y otras para siempre, mientras que otras han vivido un crecimiento sin precedentes.
Sin embargo, en los últimos 18 meses y fruto de esta disrupción mundial, han surgido miles de nuevas empresas, fundamentalmente digitales, para satisfacer las nuevas necesidades y las nuevas oportunidades de mercado. Además, la digitalización ha permitido la expansión del trabajo remoto, que ha facilitado que el emprendedor prospere.
El informe Recovery Insights: Small Business Reset de Mastercard corrobora este desarrollo, revelando el auge de pequeñas empresas. Según el informe, se crearon un 32% más de pymes en 2020 a nivel mundial, ya que los ahorros acumulados, un mercado laboral interrumpido y la evolución de los comportamientos de los consumidores impulsaron un nuevo espíritu empresarial. Desde el Reino Unido y Canadá hasta Japón y Brasil, los países de todo el mundo experimentaron un crecimiento sin precedentes en la formación de nuevas empresas, y los 10 principales experimentaron un aumento de casi el 30%.
Los 10 países que aglutinan el mayor crecimiento en la constitución de nuevas empresas en 2020 son: Reino Unido (101%), Estados Unidos (86%), Australia (73%), Alemania (62%), Canadá (58%), Italia (44%), Francia (40%), Japón (38%), Brasil (35%), Tailandia (29%).
El combustible que impulsa este crecimiento exponencial de nuevas creaciones de pequeñas empresas en todo el mundo es la facilidad y accesibilidad de las operaciones digitales. Casi de inmediato, la pandemia de la Covid-19 provocó una dependencia del sector digital y el gasto de los consumidores se realizó casi en su totalidad a través del comercio electrónico. Millones de ciudadanos de todo el mundo se vieron obligados a trabajar, comer, hacer ejercicio y entretenerse dentro en sus viviendas. Para la segunda mitad de 2020, muchos encontraron oportunidades para emprender en esta estructura digital que antes no existía o podrían no haber crecido tan rápido.
Además, el número de empresas físicas que se digitalizaron por primera vez durante la pandemia se triplicó en 2020, una señal segura de que la aceleración hacia lo digital no se frena. Este mayor cambio hacia la aceptación de las operaciones online se reflejó en todo el mundo, aunque en diversos grados. En Brasil, por ejemplo, el número de empresas existentes que se digitalizaron en 2020 frente a 2019 creció un 208%, mientras que en Alemania fue del 38%.
Las pequeñas empresas han tenido que convertirse en innovadoras resilientes para mantener su actividad durante la crisis. Dado el bajo coste de entrada en comparación con los canales tradicionales, las plataformas online y el envío directo nunca han sido tan fáciles. Esto condujo no solo a una mayor competencia entre los minoristas de pymes existentes que se volvieron digitales, sino también a la competencia de una ola de nuevas empresas surgidas de la crisis.
El cambio a lo digital valió la pena para las empresas que pudieron pasar a la tecnología digital. Según Mastercard, las pymes con presencia digital experimentaron un aumento del 5% en el gasto de los clientes y un aumento del 4,5% en las transacciones en comparación con aquellas no digitalizadas. También atrajeron más ingresos de nuevos clientes, con un aumento del 6,4% en el gasto.
Aunque sigue siendo un desafío, comenzar una pequeña empresa digital o convertir una existente en online nunca ha sido tan fácil, incluso a pesar de las dificultades económicas derivadas de la pandemia. A medida que el mercado continúa acelerando su cambio a lo digital, vemos que la tecnología se expande para poder respaldar estas empresas, impulsando aún más las oportunidades empresariales.