Vox no iba de farol. Tras una jornada de tensión, nervios y, por qué no decirlo, una alta dosis de esperpento y desconcierto, el partido conservador cumplió su amenaza e hizo aquello que nadie creía que finalmente iba a hacer: negarle a López Miras las llaves de la puerta de San Esteban.
“Al final se rajarán”, era el comentario recurrente en los mentideros políticos de Murcia y Cartagena desde hace un mes, e intensificados en los últimos días, conforme se acercaba la fecha de la investidura a doble capítulo que se ha vivido esta semana. Llegó el martes. Y no salió. “Lo dejan para el jueves”. Y tampoco.
La jornada del jueves amanecía fresca en Cartagena. Con el fin de desbloquear el acuerdo, el PP puso toda la carne en el asador y envió a la Asamblea Regional a su ‘peso pesado’, Teodoro García Egea, experto en estas lides, y artífice por ejemplo del pacto andaluz, que ya implicó a los mismos protagonistas. El ciezano, número 2 del Partido Popular, logró a eso de las 9:30 de la mañana algo que hasta entonces era impensable: sentar en una misma mesa al ‘vox’ Luis Gestoso y al ‘ciudadano’ Miguel Garaulet.
Ciudadanos había insistido en los últimos días en que esa cita era imposible, pero García Egea logró convencerlos a ambos de compartir mesa y, no solo eso: empezar a hablar de un pacto de gobierno. Al otro lado del despacho, decenas de periodistas esperaban una resolución y varios medios nacionales realizaban conexiones en directo cada para informar de que alguno de los protagonistas salía al baño o a fumar un cigarro en las puertas del parlamento murciano.
Pero en uno de estos programas apareció también Francisco Girauta, uno de los líderes nacionales de Ciudadanos. Empeñados como están los de Albert Rivera en desmarcarse de todo acercamiento a Vox, pronunció la ya famosa frase: “Si se han sentado, será para tomar un café. No vamos a firmar ningún acuerdo con Vox”. WhatsApp hacía el resto: la lapidaria sentencia llegaban al interior del despacho, causando la indignación en los negociadores de Vox, que se lo tomaron como un desprecio y decidían marcharse ante lo que consideraban una falta de respeto tras cinco horas en las que, según todas las partes, se había avanzado mucho en un acuerdo de gobierno. No muy lejos de allí, el socialista Diego Conesa esperaba acontecimientos, al igual que López Miras, siguiendo la negociación muy de cerca.
EL ACUERDO. Según fuentes consultadas por MURCIADIARIO, Vox llegó a dar el visto bueno al documento firmado días atrás por Ciudadanos y PP y que contenía 72 puntos, aunque muchos de ellos no dejaban de ser intenciones vagas, sin demasiado contenido y ningún presupuesto. A ese documento de 23 folios, Vox quiso añadir 10 puntos más que en general apenas variaban el contenido inicial, algo a lo que Teodoro García dio su ‘OK’ en nombre del PP y a lo que Cs tampoco puso demasiadas objeciones.
Sin embargo, todo aquello quedó en suspenso cuando Gestoso se levantó de la mesa al conocer el desprecio de Girauta. El reloj marcaba las 13:30 y, a pesar del desplante, nadie daba nada por perdido pues quedaban seis horas por delante hasta el inicio de la votación.
Los contactos continuaron vía telefónica de manera constante, y, en ellos, algunos líderes del PP encontraron argumentos para volver a ser optimistas y pensar que Vox finalmente optaría por una abstención que hubiera sido suficiente para devolver a López Miras a San Esteban. De hecho, uno de ellos llegó a filtrar a un periodista que el acuerdo estaba hecho. Pero no: prácticamente a la misma a la que ese periodista lanzaba un tuit, Vox daba por zanjado el asunto. La decisión consensuada entre Gestoso y Santiago Abascal, líder nacional de Vox y muy implicado -vía teléfono- durante todo el proceso, era inamovible. Una vez tomada la decisión, eso sí, ya no hubo contactos entre ambos partidos. La ‘ofensa’ era considerada demasiado grave como para dejarla pasar.
Ajenos a la decisión de Vox, en el PP el optimismo ganaba terreno, y buena parte de sus diputados entraron al hemiciclo convencidos de que el voto de los ‘verdes’ iba a ser la abstención. Sensación que se disipó instantes después cuando comenzó a correr entre los escaños la realidad: “Vox vota no”.
López Miras, en el turno de palabra previo a la votación, se lanzó a tumba abierta en busca de algo que ya se sabía imposible, incluso buscando tocar la ‘fibra sensible’ de sus señorías, y lo mismo hizo Isabel Franco. Pero… “Me causa desagrado y hasta vergüenza, pero saldremos de aquí sin poder formar gobierno”, les respondió Liarte, convertido en la gran revelación de estas tempranas jornadas parlamentarias, junto con el Gestoso, que ha vuelto a la primera línea para tomar las riendas de las negociaciones. Aquí la veteranía es un grado. Al final, 22 votos a favor de la investidura (16 del PP, 6 de Ciudadanos) por 23 en contra (17 del PSOE, 4 de Vox, y 2 de Podemos).
Liarte no dudó en admitir y hasta agradecer los esfuerzos de sus interlocutores en busca del acuerdo, y achacó el revolcón únicamente a los obstáculos puestos por la dirección nacional del partido. Este encontronazo es un síntoma más de lo irreconciliables que resultan las posturas de Ciudadanos y Vox, que días antes habían ya tenido una enganchada en redes sociales, unos llamando sinvergüenzas a los otros y los otros rebautizándoles como “LocoVox”, alegorizando una de las más famosas canciones del excéntrico grupo de los 80 Locomía.
¿Y AHORA? Los partidos tienen quince días para llegar a un nuevo acuerdo. Tras la sesión se sucedieron los reproches por el cambio de postura de Vox, aunque unos y otros se mostraban convencidos de que, en cuanto la dirección de Cs comprendiera la situación despejaría el camino y facilitaría la firma del acuerdo. Los tres partidos creen que finalmente será posible alcanzar el pacto para investir a López Miras porque están de acuerdo en el documento programático y achacan el desencuentro a una frase de Girauta.
Las formaciones se emplazan a retomar las conversaciones después del fin de semana, aunque al otro lado de la bancada Diego Conesa se muestra dispuesto a aprovechar esta ‘prórroga’ con la que nadie contaba para buscar un acuerdo con Ciudadanos. Algo que no descartaba nadie, aunque los naranjas insistían en que el PP sigue siendo su socio preferente.
Mientras tanto, la Región tendrá al menos dos semanas más de ‘Sede Vacante’ y de gobierno en funciones. Las espadas siguen en alto y por el momento nada puede descartarse ni nada darse por supuesto. Como dijo López Miras en la tribuna, “hoy no termina ninguna negociación, sino que empiezan todas”.
REACCIONES.
- MIGUEL GARAULET (Cs). "Trabajaremos para tener gobierno lo antes posible y seguimos apostando por el acuerdo que ya tenemos con el Partido Popular. Esto no es un mercado persa, es la vida de un millón y medio de murcianos y tenemos que pensar en ellos, no en los partidos políticos. Hace falta un poco más de seriedad y de criterio". "No hay que echarle la culpa a nadie. Vox no ha querido votar y ya está. Ahora hay que dejar trabajar al presidente de la Asamblea, que es quien tiene que dar los siguientes pasos. No sé si volveremos a apoyar al candidato López Miras".
- LUIS GESTOSO (VOX): "Esta mañana hemos estado cinco horas en un documento consensuado, con un acuerdo programático pero no contábamos con que la dirección nacional de Ciudadanos se iba a entrometer, insistiendo en cordones sanitarios y demás. Los tres partidos tenemos cosas en común, pero en otras somos antagónicos, por eso es necesario un documento que sirva de garantía para todos y vaya a haber durante toda la legislatura cierta paz y cierta estabilidad. A última hora Ciudadanos ha dicho que no firmaban nada y otra vez vuelta a empezar. Estamos absolutamente abiertos a seguir negociando para sacar un acuerdo a partir de mañana mismo".
- JUAN JOSÉ LIARTE (VOX). "En lo ideológico hay puntos en los que no vamos a coincidir nunca, pero en lo programático sí podemos coincidir".
- JOSÉ MIGUEL LUENGO (PP). "Cuando hablan con tanta vehemencia, hay que sustentarlo en un argumento. Aquí hay un partido que ha hecho un esfuerzo importante, parecía imposible que Vox se sentara con Ciudadanos a pensar en ideas y propuestas. No había puntos importantes que hiciesen fracarsar el acuerdo. Ciudadanos ha tenido altura de miras para ofrecerle explicaciones a Vox del acuerdo al que había llegado con nosotros. Tienen todo nuestro reconocimiento. Esto no es cuestión de aplazarlo dos semanas, a la Región no se la puede estar toqueteando por intereses partidistas. Apelo a la responsabilidad que hoy Vox no ha tenido. A las siete y media de la tarde Vox estaba convencido de votar a López Miras, pero a las siete y 32 han cambiado de idea".
- DIEGO CONESA (PSOE). Esta Región necesita avanzar, tener un gobierno rápidamente. Mi ofrecimiento es franco y sincero para trabajar en la alternativa de estabilidad. Este espectáculo no es el que se merece la ciudadanía de la Región ni es la imagen que queremos proyectar al resto del país. El único partido capaz de tener autonomía para negociar es el Partido Socialista".
- TEODORO GARCÍA EGEA (PP). Nosotros sí sabemos cuáles son nuestras prioridades. Espectáculo grotesco de Vox. Vox nos ha engañado durante cinco horas hoy. Quiero darle las gracias a Ciudadanos. Quiero pedirle disculpas a los murcianos por el ridículo de hoy, basado en ese partido que venía de valiente y ha sido la ultraderechita cobarde que ha votado con el PSOE y Podemos. Mañana podíamos empezar a hablar de libertad, de educación, de bajar impuestos, de la defensa del agua. Podíamos empezar a hablar de todo lo que Vox nos ha trasladado. Pero en boca del portavoz en el pleno, sólo hemos oído insultos a Ciudadanos, sólo se ha remitido a la parte más hooligan de Vox y se ha olvidado de que es un representante de los ciudadanos. ¿Para esto quería Vox que nos sentáramos? ¿Para que, tras cinco horas de estar sentados, reciban una llamada de Madrid, sintiéndose supuestamente ofendidos y levantarse? ¿No les interesa el agua, las infraestructuras, las bajadas de impuestos? Hemos entrado con un acuerdo al hemiciclo. Antes de volver a sentarnos, Vox debe elegir a sus verdaderos negociadores. Le pido a Vox que cuando se sienten a hablar, que avisen si el interlocutor está capacitado para llegar a acuerdos.