sábado. 22.02.2025

No podemos esperar 50 años para actuar. La contaminación nos está enfermando hoy. Pedro Jiménez Guerrero, doctor en ingeniería ambiental  catedrático de Física de la Tierra en la Universidad de Murcia (UMU), ofreció la charla inaugural del proyecto ODSesiones este mes de febrero, en donde del 6 al 28 celebra 25 actividades sobre el ODS 13 ‘Acción por el clima’

En su intervención, titulada ‘Cambio climático y contaminación atmosférica: dos asesinos silenciosos’, detalló cómo el cambio climático y la mala calidad del aire impactan en nuestra salud, y qué podemos hacer para proteger a las generaciones presentes y futuras. Lo hizo entre las facultades de Biología y Química de la UMU, en una sesión a  la que asistieron 50 escolares del IES La Basílica de Algezares y jóvenes de 40 universidades públicas de España que asistieron al encuentro nacional ‘+ Universitari@s ODSesionad@s’.

Este evento organizado por el vicerrectorado de Responsabilidad Social y Cultura, que dirige Longinos Marín, cuenta con el apoyo del Gobierno de España a través del ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, y servirá para que el estudiantado lidere en sus respectivos centros educativos un programa de actividades que fomenten la sostenibilidad en su triple dimensión social, medioambiental y económica. Supone la expansión a nivel nacional del proyecto 17 ODSesiones que desarrolla la UMU desde enero de 2019 y que cuenta con el respaldo de la CARM, Aguas de Murcia, CaixaBank y Fundación Cajamurcia.

Los niveles de contaminación en el aire de la Región de Murcia superan en un 30% los de la media nacional (INE), convirtiendo su aire en uno de los peores de España. La OMS ya señala que la contaminación atmosférica se ha convertido en "el nuevo tabaco" para la salud pública.

-Lo primero. ¿Qué es lo que hace un catedrático de Física de la Tierra?

Básicamente, investigamos sobre todo lo que tenga que ver con el cambio climático, las energías renovables, el CO2, la contaminación atmosférica... Nuestra docencia está relacionada con temas de geofísica, meteorología, climatología, pero también con energías renovables y contaminación atmosférica. El cómo las energías renovables también pueden ayudar a mitigar tanto la contaminación atmosférica como el cambio climático.

-Es común ver alertas en nuestras aplicaciones de clima que nos dicen que la calidad del aire es muy desfavorable en la Región, sabemos que es la causa de muchos de nuestros problemas respiratorios. Pero, ¿realmente nos está matando? ¿Qué está ocurriendo con la calidad del aire?

Es una muy buena pregunta. Tradicionalmente, se han considerado el cambio climático y la contaminación atmosférica como dos problemas separados. Pero las fuentes causantes de las emisiones de gases de efecto invernadero son también las causantes de la contaminación atmosférica. Los procesos de combustión, quema de biomasa, actividad industrial... Por eso, desde hace unos cuantos años ya se está estudiando de manera conjunta tanto la problemática de contaminación atmosférica como el cambio climático.

El CO2 no mata por exposición o inhalación directa. En este sentido, es un gas que nosotros podemos estar respirando. De hecho, estamos en una habitación cerrada y probablemente los niveles de CO2 sean altos. Entonces la problemática es ligeramente distinta a la de la contaminación atmosférica, ya que el CO2 es un gas de efecto invernadero que modifica el clima. ¿Por qué se dice que el cambio climático mata? Bueno, pues porque desgraciadamente estamos viendo en los últimos años un aumento de lo que se llaman los fenómenos extremos olas de calor, sequías, precipitaciones extremas, inundaciones. Con lo cual, directamente por inhalación del CO2, no podemos decir que este gas mata, pero sí que es cierto que los impactos o las consecuencias del cambio climático debido a las emisiones de CO2 producen muchas muertes.

Otro de los problemas es que se cree que el cambio climático es un problema a largo plazo. Desgraciadamente, la observación de fenómenos extremos nos dice que el cambio climático ya está aquí, no es un problema a 50 años vista. No quiero indicar que la causa de la DANA recientemente sufrida en Valencia esté directamente causada por el cambio climático; en este sentido hay que ser riguroso científicamente, y habría que hacer muchos estudios de atribución. 

Pero también es cierto que están apareciendo estudios que sí que indican que el cambio climático es responsable al menos de una intensidad mucho más severa y una mayor frecuencia en los procesos, no concretamente en la DANA de Valencia, sino en todos los procesos similares de precipitaciones extremas de DANAS en toda la cuenca mediterránea.

-Hace unos días, a las 15:00h y en pleno invierno, estábamos a 26ºC. La segunda temperatura más alta en la historia del mes de enero. ¿Qué relación ves entre este aumento de la temperatura y la calidad del aire?

Yo le intento explicar siempre a mis alumnos que la atmósfera es un inmenso reactor químico en donde hay muchísimos compuestos químicos, y que un incremento de temperatura siempre favorece la reactividad de estos compuestos. Es decir, cuando hay una mayor temperatura, hay una mayor formación de un tipo de contaminantes que se llaman secundarios, que precisamente se forman directamente en la atmósfera, no se emiten por los tubos de escape de los coches o las chimeneas de las industrias, sino que se forman en la atmósfera como consecuencia de reacciones químicas.

Entonces, la temperatura influye directamente en la velocidad en la que se están formando estos contaminantes. Pero, además, también influye de una manera un poco más indirecta. Por ejemplo, cuando tenemos mayor temperatura y tenemos una menor humedad del suelo, lo que tenemos es mayor resuspensión de partículas. Entonces, la temperatura influye en la contaminación atmosférica de estas dos maneras: de una manera directa, fomentando la formación fotoquímica y de manera indirecta, favoreciendo todos los procesos de resuspensión que se dan en suelos secos y áridos.

-Entre aquellos que no se forman en la atmósfera, sino que se emiten directamente, vemos los que provienen del tráfico rodado ¿Qué impacto tiene? ¿Deberían las organizaciones o empresas incentivar al que va en bici, por ejemplo?

Sí, desde luego. El tráfico rodado es uno de los principales responsables de la contaminación atmosférica que hay en las ciudades. Existe un contaminante que se llama dióxido de nitrógeno, que es uno de los contaminantes con niveles más altos en la ciudad de Murcia, y cuyo principal emisor son los vehículos.

Como cualquiera ha podido comprobar que tenga un coche, se consume mucho más combustible en una ciudad que si uno va a una velocidad moderada por una autovía. Así que el circular a velocidades bajas hace que se consuma más combustible y, por tanto, se produzcan mayores emisiones. Entonces, el disponer de una movilidad urbana fluida, sin atascos, mejora muchísimo la calidad del aire. ¿Qué es lo que mejora todavía mucho más? El hecho de que no haya coches que consuman combustibles fósiles.
Entonces, desde luego que apostar por otro tipo de movilidad, fomentar el transporte público, el uso del tranvía, autobuses, bicicleta... Nosotros vivimos en una ciudad muy apta para la movilidad en bicicleta, tenemos más de 300 días de sol al año, con lo cual no podemos achacar al mal tiempo el hecho de no coger la bicicleta. Respecto al vehículo eléctrico, aunque tiene otro tipo de inconvenientes, otro tipo de problemas, desde luego, desde el punto de vista de contaminación atmosférica en las ciudades, tiene emisiones cero. Con lo cual eliminar la contaminación de las ciudades, desde luego, pasa por reducir las fuentes de emisión y reducir las fuentes de emisión en los núcleos urbanos y fomentar otros sistemas u otros modelos de movilidad que no sean el uso del vehículo privado.

-Así es. El Plan de Movilidad de Murcia, por ejemplo, se planteó como forma de reducir la emisión, pero quizás hemos visto incluso más aglomeraciones ¿Hay algo que se pueda hacer, tal vez, replantear las políticas de movilidad para intentar revertir esta situación?

Todas las grandes ciudades están implementando, en mayor o menor medida, planes de movilidad. Algunas ciudades están implementando de manera muy activa lo que se llaman las zonas de bajas emisiones, que por otro lado es un requisito que nos dicen las normativas europeas. En mi opinión, la solución a la contaminación atmosférica sí que pasa por la implementación de planes de movilidad. Desde luego creo que el Plan de Movilidad Urbana en la ciudad de Murcia tiene capacidad de mejora. 
Sobre todo, creo que se debería fomentar mucho más el uso del transporte público. No puedes implementar un plan de movilidad en el que los ciudadanos no tengan la posibilidad de desplazarse en un tiempo razonable y con unos servicios frecuentes de transporte público. Pero el hecho de tener un Plan de Movilidad y unas zonas de bajas emisiones es absolutamente necesario, como en todas las grandes ciudades españolas y en todas las grandes ciudades a nivel mundial.

-En la era de las redes sociales en la que vivimos es muy frecuente ver negacionistas del cambio climático a pesar de que la evidencia científica demuestra lo contrario. ¿Qué les dirías a aquellos que consumen este contenido, para evitar que caigan en la desinformación?

Bueno, pues lo que le diría es lo que le diría a cualquier persona que quiera estar bien informada de cualquier tema: que lean, que se informen y que sean capaces de discriminar lo que es una mera opinión de lo que es una información científica. En el tema del cambio climático hay dos tipos de negacionistas: aquellos que dicen que el cambio climático no existe, a los que les diría que se cojan cualquier registro de cualquier estación meteorológica a nivel mundial, no solo en España, y que vean cuál es la tendencia en temperatura, precipitación, humedad, cualquier variable climática que ellos quieran ver. Y que ellos mismos se den cuenta de que existe realmente una modificación en esas variables.

El segundo tipo de negacionismo climático es: “De acuerdo, hay cambio climático, pero eso no está causado por el hombre”. Esto es más difícil de demostrar. Digamos simplemente que yendo a una estación meteorológica no se puede. Hacen falta otro tipo de estudios más específicos que los que nos dedicamos a la ciencia climática llamamos estudios de atribución. Ahí lo que intentamos determinar es realmente cuál es la causa.

A los alumnos nosotros les explicamos que detectar y atribuir el cambio climático es similar a una ciencia forense. Si yo ahora, mientras realizamos esta entrevista, me desplomo en la silla y muero, podríais venir, tomarme el pulso y decir: “Efectivamente, Pedro ha muerto”. Pero quizá sería mucho más difícil determinar la causa de mi muerte.

Para ello, deberíais llamar a un forense que hiciese una autopsia, una serie de análisis o estudios, y concluyera cuál ha sido la causa. Pues en la ciencia climática ocurre lo mismo. Es relativamente sencillo determinar el cambio en una variable, climática pero hacen falta estudios científicos que determinen cuál es la causa de esa modificación. Y eso es lo que se hace con los estudios de atribución.

En los estudios de atribución se intenta determinar si la causa del cambio climático es natural, por ejemplo, cambios en la actividad solar, cambios en la actividad volcánica, cambios en los usos del suelo de manera natural; o bien si tiene una causa antrópica, provocada por el hombre, fundamental las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos estudios de atribución se hacen usando supercomputadores y metodologías complejas. Pero el informe del IPCC, donde se determina el estado del clima (un informe que se hace cada seis años aproximadamente por expertos climáticos) indica de manera inequívoca que el responsable de este cambio climático que estamos viviendo es precisamente la actividad humana asociada a las emisiones de gases de efecto invernadero. A día de hoy, lo que le diría a estos escépticos es que lean, se informen y que lean literatura científica o buenos divulgadores científicos, una buena divulgación de la ciencia. 

También es importante que no lean al ‘tuitero’ o el ‘instagramer’ que pone cualquier cosa en redes sociales porque hay gente muy preparada y que divulga muy bien esa ciencia. Pero hay gente que lo único que vierte son opiniones y en la ciencia siempre debemos huir de lo que es mera opinión.

-¿Nos podrías recomendar algún divulgador científico?

Bueno, hay muchos divulgadores que son muy rigurosos científicamente. Por ejemplo, la página oficial de la Agencia Estatal de Meteorología, que ha sido tan criticada con el tema de la DANA, ofrece información muy sólida y no solo información para expertos meteorólogos, sino que proporciona también información a nivel divulgativo. Hay otro divulgador que a mí también personalmente me gusta mucho, Juan Jesús González Alemán, que también es meteorólogo en AEMET, y que también ofrece divulgación de muy alto nivel.

-Qué pueden hacer las instituciones, como puede ser la Universidad de Murcia o cualquier universidad, para intentar educar a los estudiantes y las estudiantes sobre el cambio climático y la relevancia que tiene?

Pues aparte de las de las asignaturas que puedan cursar relacionadas con temas de cambio climático y sostenibilidad ambiental, yo creo que también desde ODSesiones se hace un trabajo muy importante a la hora de divulgar toda esa ciencia. A veces los científicos vivimos encerrados en nuestra atalaya y por mucho que trabajemos en la universidad, por mucho que tengamos docencia, a veces nos cuesta más llegar al público. Entonces, es fundamental que haya iniciativas desde las propias universidades que tengan que ver con la divulgación, con la transferencia del conocimiento, y que puedan llegar a una cantidad de gente muchísimo mayor a la que podemos nosotros llegar simplemente desde nuestro pupitre o desde nuestras clases. Me consta que las universidades hacen una labor estupenda en temas de divulgación y de transferencia del conocimiento. Con lo cual os animo a que sigáis trabajando al respecto, y animo también a que sigamos todos los que formamos parte de la comunidad universitaria trabajando en esta línea.

-¿Entonces, cómo afectará el cambio climático o la mala calidad del aire a las personas de aquí a unos años, a corto o a largo plazo? Si por ejemplo, se verán cambios como estamos viendo, de que las personas no puedan hacer deporte por la calle, por lo que tiene que ver con la salud pública.

La contaminación atmosférica y los eventos extremos que comentábamos anteriormente (por ejemplo, las olas de calor) afectan muchísimo a la salud de la población. Cada vez hay más estudios que relacionan la contaminación atmosférica con enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón, enfermedades de las vías respiratorias inferiores, etc. Esta afectación al sistema cardiovascular y respiratorio se conoce desde hace mucho tiempo, pero también hay numerosísimos estudios que están empezando a relacionar la contaminación atmosférica con otras patologías, como por ejemplo el Alzheimer o la diabetes de tipo dos, o el daño cerebral infantil. 

Igualmente, los niños y las personas mayores son las franjas de edad más vulnerables al impacto de la contaminación atmosférica. La contaminación provoca el agravamiento de otras enfermedades víricas, la gripe, la bronquiolitis en niños pequeños... 

En mi opinión, no es necesario ir al futuro para determinar que la contaminación atmosférica es un problema. En el presente ya somos más que conscientes de la problemática relación que existe entre contaminación atmosférica y salud. De hecho, nuestros ayuntamientos tienen protocolos para que ante un episodio de contaminación atmosférica se tomen una serie de medidas: no hacer actividad física al aire libre, o restringir el tráfico. En los colegios especialmente, desde mi punto de vista, se debería establecer algún tipo protocolo para los casos en que haya episodios de contaminación tan extremos como estamos sufriendo últimamente en Murcia. Que no sean simplemente recomendaciones, sino que haya unas medidas de obligado cumplimiento, para proteger la salud de los niños, de los ancianos o de cualquier otra población vulnerable.

-Claro, porque al final, como cualquier otro suceso socioambiental, no afecta a todo el mundo por igual. Sobre todo, además de niños y ancianos, también a mujeres embarazadas, por ejemplo.

Hace un tiempo tuve la suerte de poder colaborar con un proyecto de investigación que se llama NELA, dirigido por doctores y profesores de la UMU vinculados al Hospital Virgen de La Arrixaca y donde participábamos profesores e investigadores de la UMU. Donde lo que se pretendía era estudiar la afectación, no solo de la contaminación atmosférica, sino de otras múltiples variables, en el asma en bebés. Para mí fue un proyecto realmente interesante, donde se veía una afectación muy importante en mujeres embarazadas y bebés recién nacidos. Por tanto, éstos son otro de los segmentos de la población donde tendremos que tener especial protección o especial cuidado a la hora de evitar que estén expuestos a contaminación atmosférica. En contaminación atmosférica, tiene importancia la exposición aguda a los contaminantes (contaminantes en que a concentraciones muy altas en periodos de tiempo muy cortos tienen afectaciones muy importantes, como el ozono troposférico y las partículas), Pero también hay que considerar la exposición crónica a ciertos contaminantes, como los óxidos de nitrógeno o las partículas que hablábamos antes, que aunque pueden tener un efecto agudo sobre todos los problemas en la salud, también son responsables de efectos en salud ante una exposición crónica.

En ocasiones me preguntan: “¿Pero esto tiene solución?” “¿Hay medidas que se puedan tomar respecto a la mitigación del cambio climático y la contaminación atmosférica?”. Yo me declaro optimista. En los años 80 del siglo pasado, el problema de la capa de ozono era fundamental y los clorofluorocarbonos (CFCs) destruían la capa de ozono estratosférico. Bueno, hubo una decisión social, política -el Protocolo de Montreal- muy importante de prohibir estos CFCs, con lo cual hubo una recuperación muy importante de dicha capa de ozono. En este sentido, también quiero ser optimista a veces pongo el ejemplo a mis alumnos del tabaco. Con las prohibiciones legales correspondientes, nos parece impensable que en un centro de salud, o en la universidad, haya gente fumando. Sin embargo, recuerdo que cuando era niño mi pediatra me auscultaba el pecho con un cigarrillo en los labios. A día de hoy nos parece una aberración, nos parece una atrocidad decir “¿Cómo es posible que los profesores universitarios estuviesen dando clase fumando?” Creo que como sociedad avanzamos muchísimo gracias a la divulgación y a la concienciación social, y estoy convencido de que también llegará un día en que nos parecerá una barbaridad estar paseando por una acera respirando el humo de los tubos de escape de los coches. Hemos avanzado muchísimo en todo el desarrollo de las energías renovables en los últimos diez o veinte años. Esto demuestra que, si hay verdadera voluntad, se pueden hacer políticas que fomenten energías limpias; que, aunque no sean la solución global a día de hoy a todo el problema de la contaminación atmosférica y el cambio climático, sí que son una ayuda muy importante.

Quiero ser optimista y pensar que en los próximos años llegaremos, si no a emisiones cero, a emisiones muy reducidas, y que miraremos atrás pensando que era una barbaridad respirar el aire que respirábamos. En ocasiones, me invitan a dar charlas divulgativas, y me comentan: “Pedro, nos estás planteando un panorama un poco negro: el cambio climático, la contaminación...”. No, absoluto. Es absurdo negar que tenemos un problema, pero creo que como sociedad tenemos muchísimo camino por recorrer, y que podemos además recorrerlo. O sea, que no quiero mandar un mensaje pesimista de “vamos todos a morir”, sino todo lo contrario. Moriremos si no hacemos nada. Pero podemos hacerlo.

-¿El cambio climático también entiende de clases sociales? ¿Afecta más a unos que a otros?

Sí, por supuesto. Fijaos en algunas de las ciudades más contaminadas del mundo. Tendemos a pensar que el problema de la contaminación es un problema de sociedades occidentales o desarrolladas. Como te decía antes, en sociedades como la nuestra hemos llegado ya a un punto en el que estamos muy concienciados, y tenemos la capacidad económica para preocuparnos por el medio ambiente. Las ciudades más contaminadas del mundo no están en Europa ni en Norteamérica. Están en países como China o India. Lagos, la capital de Nigeria, es una de las ciudades más contaminadas del mundo. ¿Por qué? Porque al final, la pobreza hace es que no puedas acceder a cierto tipo de tecnologías más limpias. 

En este sentido, por ejemplo, es probable que la gente que vive en barrios con menor desarrollo económico se mueva con vehículos más antiguos, contaminan muchísimo más que los vehículos nuevos que cumplen con normativas más estrictas. Evidentemente hay una relación enorme entre clase social y exposición a contaminación atmosférica. Hay numerosos estudios que van en esa dirección, incluso en Estados Unidos hay trabajos que estudian la distinta exposición a contaminación atmosférica o eventos climáticos extremos en función del color de la piel. También en aquellas zonas más desfavorecidas, más próximas a la industria, la calidad del aire es peor. O, por ejemplo, también está expuesta a mayor contaminación atmosférica aquella población cuyas viviendas utilizan como método de calefacción la quema de gasoil, fueloil o incluso quema de leña. Se podría pensar que la quema de leña es ecológica, pero lo cierto es que La quema de biomasa emite una enorme cantidad de partículas contaminantes. En la ciudad de Murcia, esta quema de biomasa es un problema evidente de emisiones de partículas. Por tanto, existe una relación indudable entre clase social y exposición a contaminación atmosférica.

-¿Y en ubicación también, no? Porque no es lo mismo vivir en El Ranero que vivir en el Valle de Escombreras o en Portmán.

Por supuesto, sí. La localización de la industria y la localización del tráfico rodado es muy importante a la hora de estar expuesto a la contaminación atmosférica. También hay numerosísimos estudios que relacionan contaminación y salud en cuanto a la distancia a ejes viarios principales. Si tú vives más cerca de una autovía con una intensidad media diaria de vehículos más alta, estás más expuesto a la contaminación atmosférica y vas a sufrir mayores problemas de salud derivados. Desde luego, quien viva en el Valle de Escombreras, quien viva en Alumbres o quien viva en Roche, estará expuesto a unos niveles de contaminación atmosférica muchísimo más altos que la gente que viva en otras zonas.

-Parece que en un futuro tendremos que ver dónde vivimos para no estar expuestos a tanta contaminación. Bueno, estamos en 2025, quedan ya solo cinco años para que llegue a su fin la Agenda 2030. ¿Es realista pensar en la consecución de los 17 ODS?

Yo antes he comentado que quiero ser optimista. Quizá el 2030 es demasiado pronto, sobre todo para algunos de los objetivos que se marcaban en las ODS. Sobre todo en esta acción por el clima o en este ODS que tiene que ver con la acción sobre las ciudades y comunidades sostenibles. Sí que es cierto que en la Unión Europea se han dado muchísimos pasos en esa dirección. Estamos mucho más avanzados que otros países occidentales como, por ejemplo, Estados Unidos. Pero desde luego que llevamos un retraso muy grande, al menos en los aspectos climáticos y relacionados con calidad del aire, respecto a los objetivos que se plantearon en su día. Ya digo que quiero ser optimista y creo que estamos caminando en la buena dirección. Sobre todo creo que para que acelere el grado de cumplimiento de los ODS, hay que hacer muchísimo trabajo de concienciación social, no solo desde las universidades, sino desde la sociedad en su conjunto. A mí me llama la atención que sobre el cambio climático se pueda tener una opinión política, una opinión que no sea científica. Creo que ese gran avance de nuestro camino hacia la consecución de los ODS se dará cuando dejemos de ver los ODS como una estrategia política y se empiece a ver como una estrategia de mejora de la calidad de vida de todos los ciudadanos. 

-¿Qué pequeños gestos podemos hacer en nuestro día a día para ser más sostenibles?

Hay gente que dice que los responsables de las grandes emisiones son las grandes corporaciones o las grandes industrias. Bueno, eso es cierto a nivel de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, pero desde el punto de vista de la calidad del aire, desde luego que los responsables de la calidad del aire de la ciudad de Murcia o de Madrid o de Oslo no son tanto la gran industria como los ciudadanos. 

¿Qué podemos hacer? Pues desde luego podemos hacer muchísimas cosas . A mis alumnos también les intento comunicar muchas veces que no es necesario tener dos vehículos en casa. Para desplazamientos cortos y desplazamientos por dentro de las ciudades lo que hay que hacer es utilizar el transporte público. O sea, algo tan sencillo como usar el transporte público reduce muchísimo las emisiones de contaminantes atmosféricos en las ciudades. Eso es algo que todos podemos hacer. O usar la bicicleta: aparte de que nos mejora la salud cardiovascular, tiene emisiones cero. Murcia es una ciudad óptima para el uso de la bicicleta. Yo participo en una asignatura que se llama Energía y Sostenibilidad, y cuando pido trabajos voluntarios a los estudiantes, todos presentan trabajos relacionados con generación de nueva energía a partir de fuentes renovables. Siempre les digo: “¿Por qué no hacéis un trabajo sobre temas de ahorro energético o mejora de eficiencia energética?”. Hay acciones muy pequeñitas que pueden conllevar un ahorro energético muy importante y por lo tanto un ahorro en las emisiones. No sé, sustituir los fluorescentes que todavía quedan en una casa por bombillas LED de bajo consumo, o lavar los platos con agua fría en vez de con agua caliente, minimizar el tiempo que estamos en la ducha... Estos son pequeños gestos que contribuyen a reducir el consumo energético..

-¿Y tú, por ejemplo? ¿Hasta qué punto crees que vamos a tener que llegar para que la gente diga o cambio o...?

Pues esta también es una pregunta que muchas veces me hacen. No sé si estoy en lo cierto o no, pero pienso que gran parte del cambio va a venir por razones tanto económicas como ambientales. Olvidándonos de aspectos concienciación ambiental, estamos viendo que a día de hoy el kWh de energía renovable es más barato que el kWh procedente de fuentes fósiles. En la actualidad muchos hogares unifamiliares están poniendo paneles solares térmicos o placas fotovoltaicas. ¿Es porque esa gente está muy concienciada con el medio ambiente? Quizás sí, pero sobre todo, a efectos prácticos, comprueban que pagan muchísimo menos en el recibo de la luz; y en periodos muy cortos de tiempo ya han compensado el coste de la instalación y a partir de ahí todo es un ahorro económico. Cada vez habrá menos recursos fósiles, o estos recursos fósiles serán cada vez más costosos de localizar. Pero en cambio, la energía renovable como la energía solar o la energía eólica, si somos capaces de aprovecharla eficientemente, es prácticamente gratis. Por supuesto, habrá un coste de las instalaciones, pero el Sol no cobra dinero por emitir su energía. En mi opinión, muchas de las decisiones que toma la gente hacia un consumo más sostenible vienen por cuestiones simplemente económicas. El coste del consumo de combustible de un coche eléctrico es de una sexta parte por kilómetro recorrido respecto a un combustible convencional. Entonces pienso que la solución llegará un poco por concienciación social y un poco por motivos económicos.

Por concienciación social, como hemos hablado antes, creo que también llegará un día en que veremos como una aberración lo que estamos haciendo ahora de permitir que en nuestras ciudades se respire aire contaminado; al igual que a día de hoy no dejaríamos que se acercase a la cuna de nuestro bebé recién nacido una persona con un cigarrillo en la boca. A nadie le gusta pasar una gripe en el hospital, agravada por problemas respiratorios causados por una mala calidad del aire, pudiéndola pasar más tranquilamente en su casa. En mi opinión, estamos cerca de un punto donde realmente como sociedad tomaremos conciencia social y económica sobre una solución que pase por un sistema energético y un sistema de transporte mucho más sostenible que el que tenemos ahora.

-Pues ya para terminar, algún mensaje que quieras trasladar a la comunidad universitaria o la sociedad. 

El principal mensaje que dejaría es que la contaminación atmosférica no es solamente un problema ambiental; es un problema que afecta realmente a la salud humana y de los ecosistemas y es un problema presenteHe repetido en varias ocasiones que soy optimista. Creo que lo podremos hacer, que estamos caminando en una buena dirección, pero es necesaria educación ambiental y la generación de información científica verídica y confiable. Los problemas de salud asociados a la contaminación atmosférica y a los eventos extremos climáticos se están dando en el presente; y como no tomemos medidas nuestra propia generación -no ya las generaciones futuras- van a verse tremendamente afectadas por la problemática de exposición a la contaminación atmosférica y los impactos del cambio climático. Los impactos de la contaminación y del cambio climático están aquí y hay que tomar medidas para poder dejar un mundo mejor que el que nosotros hemos recibido.

Pedro Jiménez Guerrero (UMU): “La contaminación atmosférica es el nuevo tabaco”