Repsol obtuvo un beneficio neto de 608 millones en el primer trimestre del año. El beneficio neto aumentó un 6%, hasta los 618 millones, frente a los 583 millones del ejercicio anterior. La compañía aumentó su EBITDA hasta los 1.810 millones de euros, lo que representa un ligero incremento respecto a los 1.804 millones de los tres primeros meses del ejercicio anterior.
La petrolera ha destacado que estos resultados se registraron en un entorno de precios del crudo inferiores a los del mismo periodo del 2018.
El área de 'upstream' -exploración y producción- logró un beneficio de 323 millones de euros, un 12,5% superior al del pasado ejercicio. La petrolera que preside Antonio Brufau atribuye este buen comportamiento tanto a las medidas de eficiencia que ha puesto en marcha como a su labor exploratoria. En el arranque de año, Repsol realizó el mayor descubrimiento en tierra de petróleo del mundo del periodo en Indonesia.
La división encargada de refino, trading y química obtuvo un beneficio de 404 millones, frente a los 425 de hace un año. Aunque influida de forma positiva por la apreciación del dólar, el área de vio afectada por la parada técnica que realizó en su refinería de Bilbao, en la que ha invertido 52 millones de euros.
Al cierre del trimestre, la deuda neta de Repsol sumaba 3.686 millones, el 7,2% más que a 31 de diciembre, debido, principalmente, a las operaciones discrecionales de compra de autocartera.
La compañía produjo entre enero y marzo 700.000 barriles equivalentes de petróleo diarios (bep/d), frente a los 727.000 bep/d registrados entre enero y marzo del año anterior debido, principalmente, al cese de la actividad en Libia, donde la actividad ya se ha reiniciado.