A falta de la inminente aprobación por parte del Consejo Europeo, la nueva Ley del Clima de la UE ya es una realidad tras haber recibido la aprobación del Parlamento el pasado día 24. La norma transforma el compromiso político del Pacto Verde de alcanzar la neutralidad climática en 2050 en una obligación. De esa manera ofrece a los ciudadanos y las empresas la seguridad jurídica y la predictibilidad que necesitan para preparar esa transición. Tras 2050, la UE debe aspirar a emisiones negativas.
La nueva Ley del Clima eleva el objetivo de reducción de los gases de efecto invernadero para 2030 desde el 40% hasta al menos el 55% en comparación con 1990. Además, la próxima propuesta de la Comisión sobre el Reglamento LULUCF para regular las emisiones con efecto invernadero y las absorciones resultantes del uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y la silvicultura elevará los sumideros de carbono (la capacidad de absorción de CO2 por nuestro entorno natural, como los árboles) y permitirá incrementar el porcentaje objetivo para 2030 hasta el 57%.
La Comisión hará una propuesta para un objetivo para 2040 con el fin de fijar la cantidad máxima estimada de emisiones de gases de efecto invernadero que la UE puede producir hasta 2050 sin poner en riesgo los compromisos de la UE en virtud de dicho acuerdo. Ese “presupuesto” será uno de los criterios para definir el objetivo de 2040.
Antes del 30 de septiembre de 2023, y cada cinco años a partir de esa fecha, la Comisión evaluará el progreso colectivo de todos los Estados miembros, así como la coherencia con las medidas nacionales, hacia el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050.
El Consejo tiene previsto aprobar el acuerdo pronto. El Reglamento será entonces publicado en el Diario Oficial y entrará en vigor 20 días después. La Comisión planea presentar una serie de propuestas el 14 de julio para permitir a la UE alcanzar el objetivo para 2030.
Según los últimos datos publicados por el Eurostat, España fue el cuarto país que más redujo sus emisiones de CO2 en 2020 (en un 16,2%) por detrás de Grecia, Estonia y Luxemburgo. Del total de la energía utilizada en nuestro país en 2019, el 18,4% provino de fuentes renovables, según el último informe del Eurostat publicado en diciembre de 2020. Respecto a la movilidad, en 2019 el 7,9% de la energía utilizada en transportes era de energías renovables.