La sensación de soledad se duplicó en todos los grupos de edad en los primeros meses de la crisis sanitaria y en el caso de los jóvenes entre 18 y 35 años se multiplicó por cuatro, respecto a 2016, lo que pudo repercutir “nocivamente” en su salud mental y física.
La soledad está afectando a toda Europa, con niveles que oscilan entre el 22% y el 26% en todas las regiones, lo que contrasta con los tiempos prepandémicos, cuando la soledad era más baja en el norte de Europa.
Además, estar soltero va asociado a un mayor impacto de las medidas de distanciamiento social, pues la proporción de personas que viven solas y que afirman sentirse así aumentó en más de un 22% en comparación con 2016. En cambio, en el caso de los que viven con pareja o con hijos, el incremento fue solo del 9%.
Los medios de comunicación también redoblaron su cobertura sobre este fenómeno, con una conciencia del problema que varía mucho entre los Estados miembros.
Un tercio de la información de los medios de comunicación sobre la soledad y el aislamiento social habla de su relación con la salud, mientras que en el 10% de los artículos se trata también el impacto económico de esta realidad.
La vicepresidenta para la Democracia y la Demografía, Dubravka Suica, ha señalado que la soledad y el aislamiento social ya estaban presentes en la sociedad antes de la covid-19, “pero había menos conciencia pública de ellos. Con este nuevo estudio, podemos empezar a entender y abordar mejor estos problemas”.
El estudio concluye que tanto la soledad como el aislamiento social se reconocen cada vez más como problemas críticos de salud pública que merecen atención y deben ser abordados con estrategias de intervención eficaces.
Por su parte, la comisaria europea de Innovación e Investigación, Mariya Gabriel, ha explicado que los conocimientos aportados por los científicos del CCI son “valiosos” y que el informe proporciona “una base para una análisis más amplio, de tal manera que la soledad y el distanciamiento social se puedan entender y abordar en Europa.
Este informe es el primer paso de un proyecto de colaboración más amplio entre el Parlamento Europeo y la Comisión, que incluirá una nueva recopilación de datos en 2022 sobre la soledad en toda la UE y la creación de una plataforma web para supervisar dicho sentimiento a lo largo del tiempo en los Veintisiete.