El Parlamento europeo ha aprobado una resolución en la que pide que los productos conectados a internet y los servicios asociados, incluidas las cadenas de suministro, sean desde su diseño seguros, resistentes y fáciles de arreglar en caso de descubrir vulnerabilidades. El texto también reclama legislación que introduzca requisitos de ciberseguridad para las aplicaciones, los programas informáticos, los programas informáticos incorporados (que controlan máquinas y dispositivos que no son ordenadores) y los sistemas operativos de aquí a 2023.
Según informa en un comunicado la Oficina de Prensa del Parlamento Europeo, los eurodiputados advierten de que las amenazas híbridas, es decir, los métodos o actividades utilizados por agentes hostiles, estatales o no, contra Estados o instituciones democráticos, están aumentando y son, además, cada vez más sofisticados. Esto incluye el uso de campañas de desinformación y ciberataques contra infraestructuras, procesos económicos e instituciones democráticas. El texto subraya que pueden afectar a las elecciones, los procedimientos legislativos, la aplicación de la ley y la justicia.
La crisis del COVID-19 ha puesto de manifiesto una vez más la vulnerabilidad cibernética de algunos sectores críticos, como el de la sanidad, al tiempo que el teletrabajo y la distancia social han incrementado nuestra dependencia de las tecnologías digitales y la conectividad. Los eurodiputados aluden a los recientes ataques cibernéticos contra sistemas de salud en Irlanda, Finlandia y Francia, que han causado un daño significativo, también con efectos sobre la atención a los pacientes.
Los eurodiputados apuntan que el grado de preparación y sensibilización entre particulares y empresas sigue siendo bajo y que hay escasez de trabajadores cualificados en este ámbito. Las capacidades de ciberseguridad son además heterogéneas entre los Estados miembros, y no hay acuerdo a escala de la Unión acerca de la colaboración en materia de inteligencia cibernética y de la respuesta colectiva a los ataques cibernéticos e híbridos.
España es el segundo país más preocupado por la seguridad de pagos por internet, según el Eurobarómetro Especial centrado en ciberseguridad publicado en octubre de 2019, aunque el 55% de los encuestados españoles admitió no estar suficientemente informado sobre los peligros de los ataques cibernéticos.