Las capazas con las que un centenar de voluntarios de la comunidad universitaria de la UPCT han vendimiado hoy seis toneladas de la uva Merseguera, autóctona del Campo de Cartagena y en cuya preservación la Politécnica lleva años trabajando, no tenían el mismo destino. La mayoría servirán para elaborar el vino blanco Tomás Ferro, pero otra parte de la producción se destinará a investigar si la viticultura es compatible e incluso mejora con la instalación de placas solares junto a las vides.
Placas fotovoltaicas en posición perpendicular al terreno e instaladas por encima de las vides llevan todo el año instaladas en una parte de la viña de la Estación Agroalimentaria Experimental Tomás Ferro de la UPCT, ubicada en la diputación cartagenera de La Palma, y en terrenos de tres bodegas de Jumilla y Yecla para investigar si la sombra que generan afecta de algún modo, positiva o negativamente, a los vinos elaborados con las uvas recogidas en estas viñas.
“El objetivo es integrar la energía fotovoltaica en los viñedos sin afectar a su producción”, explica Javier Padilla, responsable en la UPCT del proyecto Enovoltaics, un grupo operativo de la Región de Murcia con financiación del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural y de la CARM en el que participan las bodegas jumillanas Carchelo y BSI, así como la yeclana Evine, el Imida, la cooperativa energética La Solar, COAG y la empresa Agromarketing. Las placas solares han sido instaladas por la empresa de egresados de la UPCT Crusol y las estructuras metálicas las ha fabricado la compañía Rufepa Tecnoagro.
Los paneles de este proyecto están colocados de forma que únicamente añaden un 3% de sombra sobre el tronco de la vid y nada a las hojas ni a las uvas. El sombraje está calculado para incidir básicamente en las calles entre vides, por lo que los investigadores miden si ello genera ahorros de agua al aumentar la capacidad de retención del terreno.
La UPCT vinificará 200 litros con las vides sombreadas y replicará el proceso con otros 200 litros de vides no sombreadas para comparar la calidad organoléptica de ambos vinos. Lo mismo harán en las bodegas de Jumilla y Yecla cuando cosechen. Los paneles solares no afectan al laboreo, permitiendo tanto la tradicional vendimia manual como la mecanizada que realiza la bodega yeclana que participa en el proyecto. “La altura de las placas permite el paso de la maquinaria”, confirma Padilla.
La producción de las placas fotovoltaicas contribuyen al autoconsumo eléctrico de cada una de las fincas, evitando la emisión mensual de unas 60 toneladas de CO2 por hectárea, según las cifras que cada mes publica la web del proyecto Enovoltaics.
Un estudio realizado por investigadores del grupo Materiales Avanzados para la Producción y Almacenamiento de Energía de la UPCT ya señaló a principios de este año que se pueden evitar hasta 1377 toneladas/año de fertilizantes nitratos y se puede reducir el uso de agua hasta 27 Hm3/año, dependiendo del escenario seleccionado integrando módulos solares con tecnología fotovoltaica en zonas agrícolas del Mar Menor.
Paneles rotatorios para reducir la insolación
Estos mismos investigadores tienen en marcha otro proyecto, ‘Solarcap’ (22248/PDC/23), que desarrolla estructuras agrovoltaicas dinámicas para la adaptación climática en viñedos, con financiación de la Fundación Séneca del Gobierno regional a través de sus ‘Ayudas a Grupos de Investigación para la Comercialización y la Explotación Industrial de Resultados bajo el modelo Prueba de Concepto’.
“En este proyecto rotamos las placas para que sí generen sombra sobre las hojas y el fruto, porque los propios bodegueros nos lo han pedido dado el calor extremo de estos últimos años”, explica Padilla.
“Reducir la insolación y la cantidad de radiación podría incluso mejorar la calidad de la uva”, apunta por su parte Arantxa Aznar, responsable de la producción vitícola de la UPCT.
Jornada de convivencia
Un centenar de voluntarios de la comunidad universitaria de la Politécnica de Cartagena han participado este lunes en la vendimia en la Estación Agroalimentaria Experimental Tomás Ferro. La producción ha sido similar a la de otros años y se han recogido seis toneladas de uva Merseguera para elaborar unos 1.500 litros de vino. Tras la vinificación, Bodegas Luzón realizará el embotellado y la comercialización del caldo, que destaca por sus “aromas de fruta blanca y manzana verde”, según resaltó el enólogo de la compañía en la presentación de la última añada.
La jornada ha comenzado a las 7:30 de la mañana, para evitar las horas de mayor calor, y la recogida ha concluido en poco más de tres horas. Estudiantes, profesores y personal de administración de la Universidad han compartido posteriormente un almuerzo. Esta actividad estival, organizada por la profesora del departamento de Ingeniería Agronómica, Arantxa Aznar, ya es una tradición para la comunidad universitaria.