El Premio ANQUE del Año, según la Asociación Nacional de Químicos e Ingenieros Químicos de España es un galardón “destinado a reconocer los méritos en el orden corporativo o profesional de los titulados que se hayan hecho acreedores de ello por su destacada y dilatada actuación profesional”.
En esta ocasión, se ha concedido a Repsol Technology Lab, el centro privado de I+D más vanguardista de España, por su “brillante trayectoria y puesta en valor de la importancia de la química y la ingeniería química en la mejora de nuestra calidad de vida”.
Adriana Orejas, directora de Tecnologías para la Transformación Industrial en Repsol Technology Lab, tras recoger el premio, ha recordado que Repsol está construyendo en Cartagena la primera planta de biocombustibles avanzados de España que va a permitir producir combustibles renovables a partir de residuos como aceite de cocina usado, y ha añadido que “proyectos como éstos, nacen precisamente en el centro tecnológico de Repsol. Es allí donde realizamos las primeras investigaciones con diferentes materias primas, fabricamos el combustible renovable en plantas piloto y lo probamos en motores reales en nuestros laboratorios”. Según Orejas, “es un orgullo ver cómo lo que se inició en un laboratorio ya es una realidad y a final de año estaremos produciendo combustibles renovables a gran escala”.
Repsol Technology Lab es la manifestación de la innovación dentro de Repsol. La directora de Tecnologías para la Transformación Industrial en Repsol Technology Lab, ha destacado que “la innovación ha estado presente en nuestro ADN desde nuestros comienzos y durante todo este tiempo ha ido evolucionando para adaptarse a las necesidades de la transformación de la compañía. Es un honor haber sido premiados por ANQUE, una institución que conoce perfectamente la labor que desempeñamos y el impacto positivo que ello tiene para la sociedad y el futuro”.
La innovación y la tecnología desempeñan un papel clave en la estrategia de Repsol. La compañía está desarrollando soluciones tecnológicas disruptivas centradas en la descarbonización, la eficiencia energética y la economía circular. Su centro de investigación, Repsol Technology Lab, es el epicentro de esa innovación. Allí trabajan cerca de 230 científicos y tecnólogos, de 17 nacionalidades, expertos en diferentes disciplinas: combustibles renovables, gestión de carbono, economía circular, tecnologías para la transformación industrial, tecnologías digitales (Inteligencia Artificial, IoT, Deep Learning…), matemáticas avanzadas o biotecnología, entre otras.
Ubicado en Móstoles (Madrid), cuenta con 50.000 m2, en los que se reparten 20 laboratorios y 35 plantas pilotos, que recrean la actividad industrial de la compañía, a pequeña escala. Existen plantas de refino, donde ya se están probando los combustibles renovables que desarrollan en este centro; laboratorios de formulación, con las últimas tecnologías digitales, robótica y automatización; o laboratorios de motores, donde ponen a prueba sus productos en motorizaciones reales de todo tipo de vehículos.
Sin embargo, el I+D de la compañía va más allá de este centro, ya que se realiza bajo un modelo de innovación abierta, a través del cual, los expertos de Repsol Technology Lab trabajan en red, estableciendo alianzas y colaboraciones con centros de investigación, universidades, startups y compañías de todo el mundo, conscientes de que el reto de la transición energética hay que abordarla desde la colaboración para ser más ágiles a la hora de implantar nuevas tecnologías.
La Asociación Nacional de Químicos e Ingenieros Químicos de España (ANQUE), fundada en 1945, cuenta con más de 6.000 asociados y trabaja para elevar el nivel científico y profesional de los profesionales de la química en nuestro país.
