Endesa ganó 171 millones el año pasado, el 88% menos que los 1.417 millones que ganó en 2018, debido al impacto en sus cuentas del deterioro contable por el cierre de centrales de carbón, por valor de 1.409 millones, y de la menor remuneración a la generación extrapeninsular por otros 404 millones.
Por contra, el beneficio neto ordinario mejoró el 3% y sumó 1.562 millones, impulsado por la buena gestión del mercado liberalizado, tanto de gas como electricidad, la estabilidad del mercado regulado y la contención de costes.
Estos mismos factores permitieron elevar en un 6% el resultado bruto de explotación (ebitda), hasta los 3.841 millones, según el consejero delegado de Endesa, José Bogas, que ha asegurado que, pese a los resultados, mantienen su previsión de dividendo (1,475 euros por acción, el 3% más).
Por negocios, el ebitda del mercado liberalizado repuntó el 22% (1.475 millones) apoyado en la aportación de la filial de renovables, entre otros factores; en tanto que el del regulado bajó el 2% (2.362 millones) por el descenso en los territorios no peninsulares.
Los ingresos bajaron ligeramente (-0,2%) y sumaron 20.158 millones, en tanto que el flujo de caja operativo arrojó el saldo récord de 3.181 M€, el 31% más que en 2018, gracias a los mayores resultados del ejercicio y a la mejora muy relevante del capital circulante.
Por contra, la deuda neta aumentó en 607 millones y al cierre del ejercicio era de 6.377 millones, por el impacto de la entrada en vigor de las nuevas normas contables sobre alquileres (NIIF 16), las inversiones en renovables (+211%) y el pago del dividendo.
En 2019, la compañía elevó sus inversiones netas el 48%, hasta 1.887 M€, debido, principalmente, a su apuesta por desarrollar nueva potencia eólica y fotovoltaica, así como por su transformación digital.
Por otra parte, Bogas ha asegurado que cumplirán las previsiones financieras para 2020, ejercicio que prevén cerrar con un crecimiento del ebitda del 3,9% y del resultado neto ordinario del 1,7%, así como con unas inversiones netas de unos 1.600 M€.
En septiembre, Endesa anunció la decisión de cerrar las centrales de carbón en España, entre las que destacan las de As Pontes (La Coruña), Compostilla (León), Litoral (Almería) y Teruel, por su falta de competitividad y el proceso de descarbonización de la economía.
ENDESA NO MODIFICARÁ LA AMORTIZACIÓN DE SUS PLANTAS NUCLEARES. En rueda de prensa, Bogas ha apuntado que la energética no modificará la amortización de sus centrales nucleares mientras pueda seguir renovando sus permisos de explotación por diez años, a lo que ha añadido que, "en quince años, pueden ocurrir muchísimas cosas".
Así, la compañía ha decidido no actualizar en sus cuentas las centrales tarraconenses de Ascó y Vandellós, ateniéndose al calendario de cierre que pactaron las eléctricas propietarias de plantas nucleares para ir cerrando éstas escalonadamente hasta 2035.
El protocolo que se firmó está ligado a la consecución de los objetivos previstos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), ha dicho Boga, que ha subrayado que si se cumplen las hipótesis que contiene sobre reducción de emisiones y avances en transición energética, todas las nucleares de España estarán cerradas a esa fecha.
Por otra parte, Endesa estima que la rebaja en la retribución a las redes de distribución eléctrica, aprobada por la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), tendrá un impacto de 210 M€ en sus cuentas en los dos primeros años de aplicación del nuevo modelo, 2020 y 2021.
En cuanto al desarrollo de renovables, ha pedido al Ejecutivo "cuidado" en el diseño de las subastas de nueva capacidad para evitar efectos negativos, pues, en su opinión, este sistema es el que ha creado la "burbuja" existente en España en conexiones de este tipo de instalaciones.
Endesa, controlada por la italiana Enel, anunció en noviembre su previsión de invertir 6.300 millones entre 2019 y 2021, la mitad de ellos en instalaciones renovables.