Las tensiones en una economía aún muy dependiente del combustible fósil, agravadas por la invasión rusa de Ucrania y los estragos del cambio climático, han propiciado que las grandes petroleras cotizadas del mundo dupliquen sus beneficios y cierren un 2022 de récord que las ha situado en el disparadero de la opinión pública.
A falta de conocer el cierre de año de la saudí Aramco, la mayor petrolera cotizada del mundo, las principales compañías del sector obtuvieron un beneficio neto conjunto superior a los 200.000 millones de dólares (unos 186.000 millones de euros), el doble que el registrado durante el ejercicio anterior.
"Es escandaloso", decía esta semana el presidente estadounidense, Joe Biden, que reprochaba que estos gigantes hubiesen primado las recompensas a ejecutivos y accionistas en vez de invertir en aumentar la producción nacional y mantener bajos los precios de la gasolina.
Su tono sorprendió a un país que cuenta con cuatro compañías en el "top 10" de grandes petroleras: ExxonMobil, con sede en Irving (Texas); Chevron Corporation (San Ramón, California); NextEra Energy (Juno Beach, Florida), y ConocoPhillips (Houston, Texas).
UN AÑO DE RÉCORD
El 2022 pasará a la historia de ExxonMobil por sus abultados números, con 55.740 millones de dólares (52.000 millones de euros) de beneficio, un 142% más, pese al deterioro causado por la interrupción de sus operaciones en la plataforma de Sakhalin (Rusia).
Excluyendo este impacto, de unos 3.400 millones de dólares, habría elevado sus ganancias hasta los 59.100 millones de dólares.
Más allá de su contribución a unos precios energéticos elevados -que, según los analistas, han disparado las cuentas de estas grandes firmas-, la guerra en Ucrania ha dejado otra huella en los estados financieros de petroleras que, como ExxonMobil, abandonaron sus negocios en Rusia como respuesta al ataque.
De ahí que algunas los hayan complementado con fórmulas al margen de los principios contables generalmente aceptados (GAAP en el argot), como el beneficio subyacente, que elimina los costes inusuales y no recurrentes, para ofrecer a los inversores una imagen del rendimiento más acorde con la realidad de su día a día.
Es el caso de la británica BP, que lo cifró en 27.653 millones de dólares (cerca de 26.000 millones de euros), tras descontar el efecto de su salida de la rusa Rosneft y otros cargos extraordinarios. Sin embargo, teniéndolos en cuenta, sus resultados concluyen con unas pérdidas netas de 2.487 millones de dólares.
SHELL, EL MEJOR RESULTADO EN 115 AÑOS
Ni su exposición a Rusia inquietó a Shell, que encumbrada por su negocio del gas y derivados selló el mejor ejercicio en 115 años de historia gracias a unas ganancias de 42.309 millones de dólares (39.500 millones de euros), un 110% más.
En líneas similares Chevron, el segundo productor de petróleo de Estados Unidos, que incrementó su beneficio neto un 127% hasta los 35.465 millones de dólares (33.100 millones de euros). Sin tener en cuenta los eventos no recurrentes y las fluctuaciones de la divisa, su ganancias habrían sido de 36.542 millones de dólares (34.100 millones de euros).
Equinor, principal energética de Noruega -gran proveedor de gas del Viejo Continente- confirmó su estado de gracia con unas ganancias netas de 28.744 millones de dólares (26.800 millones de euros) en 2022, un 235% más.
Año de máximos también en el gigante francés TotalEnergies, con un beneficio de 20.526 millones de dólares (19.200 millones de euros), un 28% más, aún con las provisiones por sus negocios en Rusia.
La texana ConocoPhillips mejoró, asimismo, su resultado neto anual, que pasó de 8.079 millones de dólares (7.520 millones de euros) de 2021 a 18.680 millones (17.400 millones de euros), un 131% más.
La panorámica se completará el 12 de marzo cuando Aramco publicará sus resultados, que van camino de ser los más abultados pues hasta el tercer trimestre la petrolera estatal saudí acumulaba una ganancia neta de 130.342 millones, un 68% más que un año antes.
LAS ESPAÑOLAS APUNTAN ALTO
Los agentes del mercado, pendientes de las compañías chinas y rusas, que presentarán resultados en los próximos meses, también aguardan los números de las petroleras españolas, Repsol, que se conocerán el 16 de febrero, y Cepsa, el 3 de marzo.
Respecto a Repsol, el analista de Renta 4 Alfonso Batalla prevé que los resultados del cuarto trimestre sigan impulsados por los elevados precios del crudo y del gas, que irán normalizándose, y por los altos márgenes de refino, "que continúan en doble dígito y vuelven a incrementarse por el tensionamiento de la cadena de suministro".
Hasta septiembre, la compañía obtuvo un beneficio neto de 3.222 millones de euros, un 66% más que en el mismo periodo del año anterior, y su resultado neto ajustado -que mide la marcha de los negocios- casi se triplicó hasta los 4.564 millones de euros.
CONTESTACIÓN SOCIAL
El rendimiento de las petroleras ha encendido el debate en la esfera social y política, llegando a las Naciones Unidas, cuyo secretario general, António Guterres, ha cargado contra el resurgir de los combustibles fósiles y sus "beneficios monstruosos".
En España, las compañías están inmersas en la descarbonización de su negocio, con iniciativas como los biocombustibles avanzados y una amplia cartera de proyectos renovables -Repsol-, o el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde -Cepsa.
Sin embargo, el sentir del sector es que la transición hacia fuentes limpias de energía podría verse comprometida por el nuevo impuesto temporal y extraordinario a las grandes energéticas, que -entiende- amenazaría la inversión y la creación de empleo.