Las grandes constructoras, a excepción de OHL que presenta sus cuentas el viernes, redujeron un 75% sus beneficio conjunto en los nueve primeros meses del año, un periodo en el que solo Ferrovial registró número rojos y que ha estado marcado por el impacto de la pandemia de coronavirus.
Entre enero y septiembre las ganancias conjuntas de Acciona, ACS, FCC y Sacyr -teniendo en cuenta las pérdidas de Ferrovial- contabilizaron 320 millones, lejos de los casi 1.280 millones que se registraban antes de la crisis sanitaria.
Los ingresos conjuntos también cayeron en el periodo, aunque en menor medida, con un 4,2% menos hasta los 44.000 millones, mientras que el resultado bruto de explotación (ebitda) se redujo hasta septiembre un 8 % y sumó 4.284 millones.
En un contexto marcado por la covid-19, la deuda conjunta creció un 13 % y superó los 19.200 millones, 2.200 millones de euros más que a cierre de 2019.
LA PANDEMIA MARCA LAS CUENTAS. El grupo ACS fue el que obtuvo el beneficio más elevado, de 477 millones, aunque se redujo un 38% lastrado por Abertis, cuyos tráficos se han visto fuertemente afectados por los confinamientos en la mayoría de los países donde opera. De hecho, la contribución de Abertis al ebitda y al beneficio de ACS cayó en 251 y 201 millones, respectivamente. La cifra de negocios del grupo presidido por Florentino Pérez sumó 27.204 millones, el 5,5% menos, como consecuencia de las medidas sanitarias durante la pandemia, mientras que el ebitda se redujo un 17,1 % impactado por Abertis y contabilizó 1.994 millones.
La compañía, que concentra en Norteamérica más de la mitad de sus ventas, cuenta con una cartera de 73.494 millones. Una vez que complete la venta de su división de servicios a Vinci, empleará los fondos en nuevos proyectos de infraestructuras en sus mercados estratégicos: EEUU, Australia y Canadá.
Por su parte, FCC, controlado por el magnate mexicano Carlos Slim, ganó 174,5 millones en los nueve primeros meses, el 25,1 % menos, por el impacto negativo del tipo de cambio y la caída de los ingresos a causa de la pandemia.
Entre enero y septiembre facturó 4.448,1 millones, el 2,8 % menos, aunque mitigó la caída registrada en periodos anteriores, y elevó su ebitda un 2,8 % hasta los 761,5 millones gracias a la recuperación progresiva de la actividad, a la actividad concesional y al incremento de las ventas de derechos de emisión en el área de cemento. La cartera de ingresos del grupo asciende a 30.044,7 millones.
A cierre de septiembre, Sacyr redujo su beneficio un 61,4 %, hasta los 47 millones, tras dotar una provisión de 85 millones para hacer frente al pago que tendrán que abonar a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) tras el reciente laudo, que condena al conjunto del consorcio encargado del tercer juego de esclusas a devolver unos 206 millones de euros.
Sacyr ha cifrado en 40-50 millones el impacto máximo en caja que podrían tener, en el peor escenario, las posibles decisiones negativas futuras asociadas al Canal de Panamá, un importe que ya advierten de que no afectará al crecimiento y a la rentabilidad del grupo.
Las ventas fueron de 3.203 millones, el 5,6 % más; el ebitda creció un 7,2 % hasta los 527 millones, y la cartera sumó 38.671 millones, el 10 % menos, tras las desinversiones y la ralentización de las licitaciones en el mundo por la covid-19.
La pandemia también se ha dejado notar en las cuentas de Acciona, que recortó su beneficio un 63,4 % hasta los 78 millones, los ingresos se redujeron un 13,9 % hasta los 4.554 millones y el ebitda lo hizo un 23,8 %, hasta los 760 millones.
En lo que va de año, el impacto negativo de la covid-19 en los ingresos fue de 759 millones y de 195 millones en el ebitda. Cabe destacar que la pandemia ha rebajado el precio de la energía y ralentizado los negocios de construcción y servicios. La cartera de infraestructuras suma 15.966 millones, la cifra más alta registrada hasta el momento.
Ferrovial perdió 498 millones de euros hasta septiembre, casi cinco veces más, por la caída de la actividad en las autopistas y en los aeropuertos durante la pandemia. De hecho, el tráfico del aeropuerto de Heathrow en Londres se hundió un 70 % y sus ingresos casi el 60 %. El resultado bruto de explotación fue de 241 millones, frente a los 20 millones de un año antes, y las ventas crecieron un 7,7 %, hasta los 4.569 millones.
