Muchos hoteles, principalmente urbanos, ofertan teletrabajar en espacios comunes o en habitaciones habilitadas para ello a profesionales y empresas, lo que les permite mantenerse abiertos en un momento con escasez de reservas por las restricciones de viaje impuestas para frenar la expansión de la covid-19.
Entre los 'pioneros' en lanzar este tipo de iniciativas se encuentra la cadena francesa B&B, que ha convertido algunas habitaciones de sus establecimientos de España y Portugal en oficinas para utilizarlas en horario de 9 a 19, por 19 euros, o el hotel Aloft Madrid Gran Vía, parte de Aloft Hotels, la marca de Marriott International.
Este último ofrece, desde mediados de septiembre, puestos de trabajo habilitados en sus zonas comunes de 9 a 18 horas, por 12 euros, precio que incluye, entre otros, el desayuno, acceso a conexión wifi premium y la impresión de 20 copias.
Por su parte, Meliá ha anunciado que "se reinventa" con un nuevo concepto que permite al cliente hacer uso privado de la habitación durante el día, en horario de 8 a 20, en varios hoteles en España, Alemania, Reino Unido, Italia y Estados Unidos, con precios desde 49 euros a 109 euros, en función del destino y la marca.
Sin embargo, para Barceló no se trata de "nada nuevo" porque siempre se han ofrecido espacios para trabajar en los hoteles urbanos, aunque se ha empezado a demandar ahora un poco más por la pandemia de coronavirus, reconocen desde la compañía.
También NH Hotel Group ha iniciado un programa piloto en algunos países de Latam (México, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina) y Palladium ha transformado parte de las habitaciones y espacios comunes del hotel madrileño Only YOU Atocha en oficinas compartidas y salas de reunión, mientras que Riu lo está valorando en su establecimiento Riu Plaza España de la capital.
El director general de Aloft Madrid Gran Vía, Gonzalo Maggi, ha señalado que, ante la caída tanto del turismo de ocio como el corporativo por las restricciones de movilidad, ofrecer los espacios del hotel para trabaja "permite reactivarlo y tener un poco de negocio y movimiento".
Aunque es "complicado sobrevivir" en las actuales circunstancias, Maggi considera que tener el hotel abierto "da confianza en el mercado y una imagen positiva hacia fuera, tanto en Madrid como en el extranjero". Además, actualmente, las pocas reservas que se generan se suelen hacer dentro de la misma semana o a una semana vista, con lo cual, si el hotel está cerrado, este tipo de oportunidades se perderían, ha apuntado.
Al ver que las salas de co-working cercanas al establecimiento no habían vuelto a abrir, "pensamos que era una buena oportunidad utilizar las zonas comunes que ya estaban preparadas para lanzar este concepto", ha agregado Maggi, quien no descarta habilitar, más adelante, también algunas habitaciones, aunque, en este caso, se necesitaría una pequeña inversión para poder hacerlo bien.
A diferencia de las oficinas de co-working, en la mayoría de las cuales existe un pago por adelantado para un mes, independientemente de la cantidad de veces que se vaya, su hotel ha querido "dar muchísima flexibilidad en este sentido".
Transcurrido un mes desde el lanzamiento de esta oferta hay un incremento de la demanda, pasando de uno o dos clientes en septiembre a una media diaria de entre 4 y 6, ha agregado Maggi, quien espera que en un par de semanas se pueda conseguir ocupar los 19 puestos de trabajo que ofrece el hotel.
Por el volumen actual de negocio, en el establecimiento trabaja aproximadamente el 50% de la plantilla, mientras que la otra mitad está todavía en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE).
Otros hoteles de Marrott International con una oferta similar son el Arts de Barcelona y el Sheraton La Caleta en Costa Adeje (Tenerife), pero el grupo está "ya muy cerca" de anunciar un programa de este tipo a nivel corporativo.