La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo organizó el pasado mes de febrero una visita de investigación al Mar Menor. A lo largo de los años, esta Comisión había recibido un número importante de peticiones sobre la contaminación y el deterioro de las condiciones medioambientales del Mar Menor. El objetivo de la misión fue visitar las zonas afectadas, escuchar a los peticionarios e investigar y debatir el tema de las peticiones con las autoridades regionales y locales, así como con las autoridades competentes españolas, científicos, representantes de organizaciones sociales, empresariales y sindicales.
Entre las conclusiones de esta visita, aprobadas el pasado 25 de octubre, la delegación destaca que el problema del Mar Menor es polifacético, y que necesita una acción global de todas las autoridades competentes. La complejidad y la gravedad de la situación medioambiental de la laguna confirman que todas las partes interesadas —nacionales, regionales y locales— tienen que actuar de forma inmediata y coordinada para evitar un mayor deterioro del ecosistema y futuros episodios de eutrofización y anoxia y permitir la recuperación de la laguna.
Con este fin hace una serie de recomendaciones de actuación a las autoridades locales, regionales y nacionales entre las que se encuentran tomar medidas para cumplir la legislación medioambiental, en especial la relacionada con las directivas de nitratos y de hábitats; evitar extracciones ilegales de aguas, evitar vertidos urbanos y de metales pesados; evitar inundaciones y escorrentías o controlar el desarrollo urbano.
Al mismo tiempo, la visita puso de manifiesto la necesidad de que la Comisión Europea actúe en lo que respecta al cumplimiento o incumplimiento de la legislación medioambiental de la UE, haciendo hincapié nuevamente en el cumplimento de las directivas de nitratos y de hábitats, así como en la aplicación del principio “quien contamina paga”, utilizando todas las herramientas a su disposición y exigiendo la rápida rectificación de cualquier incumplimiento para evitar daños irreparables.
En sus conclusiones, el informe de la Comisión de Peticiones establece que según la mayoría de los expertos, el Mar Menor sigue mostrando cierta capacidad de autorregulación, lo que permite albergar la esperanza de que pueda recuperar su integridad ecológica, si las autoridades actúan correcta y rápidamente.
Las medidas que se adopten deben formar parte de una estrategia global, que incluya acciones a corto, medio y largo plazo, a fin de garantizar tanto una mejora sustancial de la situación actual como una protección inclusiva de cara al futuro de la laguna y de todos los agentes económicos afectados, ya que si bien el problema principal es de carácter medioambiental y las principales medidas que se adopten deben abordar el grave deterioro del Mar Menor, también están en juego otros factores sociales y económicos relevantes que han de tenerse muy en cuenta.