El consejero de Empleo, Universidades, Empresa y Medio Ambiente, Javier Celdrán, el presidente de Cofides, Salvador Marín, y el decano del Colegio de Economistas, Ramón Madrid, han presentado el estudio "La inversión directa de las empresas españolas en el exterior. Efectos en destino y origen: 5 casos de estudio en países y economías en desarrollo", promovido por Cofides y Esade, y que ha contado con el apoyo del Consejo General de Economistas de España.
Este estudio se presentará en todas las comunidades autónomas en una ronda de encuentros que ha arrancado en la sede del Colegio de Economistas de Murcia, donde han presentado el informe el consejero Celdrán, el presidente de Cofides e impulsor y colaborador del estudio, Salvador Marín, y el decano del Colegio de Economistas, Ramón Madrid. También han intervenido el autor del estudio y profesor de ESADE, Xavier Mendoza, y el presidente del Club de Exportadores e Inversores, Antonio Bonet, que ha ofrecido una conferencia sobre 'La inversión española en el exterior: situación actual y perspectivas'.
El objetivo de este trabajo ha sido comprender mejor el impacto de la Inversión Extranjera Directa (IED) en los países y economías en desarrollo. Se trata de uno de los primeros estudios realizados en España en emplear los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como marco de referencia para evaluar la contribución que las empresas efectúan al desarrollo. Igualmente, y también como aspecto novedoso, el informe indaga en los mecanismos organizativos y en los factores de contexto que generan mayores impactos positivos, tanto para el país receptor de las inversiones como para el país de origen del inversor. Para ello, junto con todo el desarrollo teórico y conceptual, se han analizado una muestra de proyectos de inversión concretos de empresas españolas de diferentes sectores de actividad que han sido financiados por COFIDES, institución líder en la financiación de la IED.
INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA. La comunidad internacional ha reconocido que la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) puede resultar insuficiente para financiar las metas asociadas a los ODS. De ahí que el sector privado esté llamado a asumir un especial protagonismo en la consecución de los mismos. Así, en el año 2015, los flujos de IED dirigidos a las economías en desarrollo fueron seis veces mayores que el conjunto de la AOD a nivel mundial.
El reto, pues, consiste en que los flujos de IED hacia los países y economías en desarrollo, o al menos una parte significativa, integren la contribución a los ODS como parte integrante de los proyectos empresariales que los originan. A su vez, están surgiendo nuevas modalidades de financiación del desarrollo, derivadas de la cooperación entre los actores públicos y privados, destacando el papel de las instituciones financieras de desarrollo, como COFIDES en España, a la hora de catalizar proyectos de inversión empresarial generadores de efectos positivos en las economías receptoras y en la de origen.
Desde la perspectiva del país receptor, tanto o más importante que el volumen de la inversión extranjera recibida lo es la calidad de la misma. Tal como se destaca en el estudio, la calidad de la IED en términos de desarrollo sostenible, se relaciona con la voluntad de permanencia a largo plazo de la empresa inversora en el país de destino; su interés en establecer vinculaciones o encadenamientos productivos con la economía local, promoviendo la transferencia y diseminación de capacidades tecnológicas y de buenas prácticas de gestión; y el desarrollo de la actividad con criterios de sostenibilidad económica, social y ambiental. De ahí, la importancia de promover que las empresas españolas internacionales adopten enfoques de inversión responsable en todos los casos. Para ello, los ODS se convierten en una auténtica "brújula" al servicio de los directivos de la empresa a la hora de crear "valor compartido" del que se beneficie tanto la empresa como la sociedad.
El profesor Mendoza ha destacado que "tal como hemos visto en los casos de estudio, tanto la gestión de riesgos como las oportunidades asociadas a la integración de los ODS en el planteamiento estratégico de la filial, tienen un alto componente de especificidad y están muy influidos por el sector de actividad de la empresa y por su modelo de negocio". Por ese motivo, "es clave integrar las responsabilidades en términos de ODS que la empresa se ha planteado asumir, en la gobernanza y en los procesos propios de la actividad empresarial, traduciéndolas en objetivos concretos para todas las funciones", ha concluido Xavier Mendoza.
IMPACTO EN EL PAÍS DE ORIGEN, ESPAÑA. Los proyectos de IED estudiados comportan una serie de efectos muy positivos en el país de origen, España, como son el impacto en la balanza de pagos a través de la repatriación de dividendos y pago de royalties, o cuando la filial en el extranjero crea demanda de bienes de equipo, intermedios o productos complementarios que se exportan desde el país de origen. También tiene un efecto positivo sobre el empleo como consecuencia del efecto arrastre sobre las exportaciones y el incremento de empleo cualificado en la matriz, consecuencia del aumento de tamaño de la empresa
y de las necesidades de coordinación y control. Asimismo, en alguno de los casos analizados se ha producido una "transferencia inversa" de tecnología, ya que cada vez es más frecuente que los receptores de IED aporten igualmente conocimiento hacia los emisores. Por último, la proyección de una imagen positiva de España como país de origen del inversor, es otra de las ventajas de que nuestras empresas internacionales adopten enfoques de inversión responsable.
LA RELACIÓN ENTRE IED Y DESARROLLO SOSTENIBLE: UN MODELO CONCEPTUAL DE SÍNTESIS. En dicho modelo de síntesis se subraya que los efectos sobre el desarrollo del país se generan en la fase de implementación del proyecto de IED por parte de la filial de la empresa en el país. Además, que dichos efectos se producen en gran medida como consecuencia de la configuración organizativa de la filial y del rol asignado a la filial en el seno de la empresa multinacional. También se destaca que el impacto de la filial sobre el desarrollo sostenible del país se ve amplificado o reducido en función de las políticas de Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) aplicadas y de la intensidad y calidad de las interacciones que la filial mantiene con los diferentes grupos de interés, especialmente con las empresas locales y el gobierno. Por último, se remarca la importancia de la dimensión temporal, pues gran parte de los efectos indirectos relativos a los derrames de conocimiento requieren tiempo para materializarse, lo que a su vez presupone la permanencia del inversor, como mínimo,a medio plazo.
El presidente de COFIDES, Salvador Marín, ha afirmado que "el estudio refrenda la idea de que las empresas que realizan inversión directa exterior generan variados efectos positivos tanto en el país de destino como en el país de origen: creación de empleo en ambos sentidos, imagen y efecto arrastre, entre otros. Es decir, crecer internacionalmente es una buena idea y una política a apoyar desde diversas esferas. Si a ello añadimos que además de crecer en el exterior, con su innovación, transferencia de tecnología y conocimiento, las empresas contribuyen también al cumplimiento de los ODS, podemos estar satisfechos de participar en la consecución de inversiones responsables. Este es el camino que están tomando actualmente diversas instituciones financieras de desarrollo homólogas a COFIDES en el ámbito internacional, relacionar internacionalización con desarrollo desde el apoyo al sector privado, y precisamente esto es algo que COFIDES viene realizando y liderando desde hace 30 años, por lo que este estudio nos confirma que debemos seguir en esta línea".
Asimismo, ha destacado que “si este estudio se trasladara a la Región, concluiríamos de forma idéntica: una empresa murciana que crece en el exterior es una empresa que se consolida y genera empleo en Murcia”
El presidente del Club de Exportadores e Inversores, Antonio Bonet, ha subrayado que el sector exterior español ha experimentado en los últimos años “un salto cualitativo, no sólo en términos de exportación, sino de inversión directa en el extranjero”. España es hoy por hoy el duodécimo emisor mundial de inversión extranjera y las empresas nacionales poseen fuera de nuestras fronteras un stock de más de 470.000 millones de euros. Por regiones, la Unión Europea y Latinoamérica son los principales focos de la inversión española en el mundo, mientras que por sectores sobresalen las finanzas y las telecomunicaciones. Durante su intervención, Antonio Bonet ha animado a los inversores españoles a “explorar nuevas regiones” como Asean (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), con unas “excelentes perspectivas de crecimiento”, donde la presencia inversora española es muy inferior a la de nuestros competidores y para la que hay apoyos públicos importantes.