El Pleno del Consejo Económico y Social de la Región de Murcia, en su sesión celebrada el día 19 de junio de 2024, ha aprobado por unanimidad la Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral de la Región de Murcia 2023; la cual analiza diversos aspectos:
Crecimiento económico
Con una pandemia que, por el lado positivo, se diluye en el pasado y un panorama geoestratégico que no mejora por el negativo, la actividad económica en
España todavía muestra fortaleza en 2023, más de lo esperado en su albor. Tras la escalada energética en los dos años anteriores, primero debido a los cuellos de botella en ciertos suministros, posteriormente por los efectos económicos derivadas de la invasión de Ucrania, bajan las cotizaciones del gas natural y del petróleo. Este abaratamiento contribuye a moderar la inflación, a pesar de la desmesura en sus partidas alimentarias, en tasas de dos dígitos la mayor parte del año. El mercado de trabajo sigue robusto tanto en la creación de puestos de trabajo como en la reducción del desempleo. La pujanza económica se apoya en el componente de servicios de la demanda externa, el impulso que proporciona todavía el gasto público y un consumo final de los hogares más expansivo de lo esperado por la generación de empleo. En el lado de la oferta, destacan los servicios, favorecidos por la mejora de la actividad turística, que no se resiente de la subida de los precios, sin menoscabo de otras ramas, como las del ocio y la cultura, las financieras y las de informática y comunicaciones. No obstante, el crecimiento ha flaqueado en parte por la persistencia de una política monetaria que mantiene los tipos de interés altos cuando las principales economías de la zona euro, donde se localizan los mercados preferentes de los productos españoles, tienden al estancamiento –en Alemania, a la recesión-.
La economía murciana también se expande, a su vez por encima de los pronósticos iniciales pero a un ritmo más contenido que la española. Esta, según la CNTE del INE, se expande en 2023 en términos reales un 2,5%. A falta de estimaciones territoriales de la fuente oficial (no se divulgarán hasta diciembre), las entidades especializadas convergen en un aumento del PIB de la Región de Murcia en el entorno del 2%, asignando la AIReF, cuyos cálculos parten de la tasa de España, un 1,9%. Para esta entidad, Baleares (4,2%) y Canarias (3,8%) están en la cima, pero la brecha no es tan amplia como en el año anterior respecto a Castilla La Mancha, Asturias y Extremadura, las tres regiones con la progresión más baja (1,7%). Con estos datos, unidos a los de la CRE para el periodo 2019-2022, sólo Extremadura (−1,8%) y Asturias (−0,6%) se encuentran todavía con un nivel de PIB real inferior al de 2019. Entre los territorios más pujantes en el cuatrienio de referencia destaca Comunidad de Madrid (4,8%), ensanchando margen sobre Comunidad Valenciana (3,5%), que se sitúa en la segunda posición; Región de Murcia, con un 3%, va a continuación, igualada a País Vasco.
Mientras que el retraso de la CRE en la divulgación de las estimaciones regionales de la evolución del PIB en 2023 se puede subsanar con más de una fuente alternativa, se ha de acudir al equipo de Hispalink en la Región de Murcia cuando procede desglosar por sectores de actividad. Así se evidencia la acusada contracción del VAB en el sector primario regional (−4,9%), mucho más perjudicial que en su equivalente español (−1,9%). No ayudan en absoluto la falta de agua y unos costes, singularmente en energía y materias primas, muy altos aunque empiezan a remitir. En la parte positiva, crecen los servicios (2,5%), el único de los cuatro grandes sectores que recupera su nivel de 2019, debido al impulso del turismo y del sector público, pero su menor participación en el PIB territorial en comparación con el español conlleva una repercusión menos contundente.
La construcción (1,9%) avanza con menos intensidad, además de quedarse todavía sin completar la recuperación, impulsada sobre todo por la obra pública, alentada por un importe licitado prominente en 2022 y otro casi igual en 2023, a lo que se une cierta mejora, siquiera endeble, del subsector residencial.
La industria (0,8%) muestra cierta atonía productiva, que se puede achacar a los costes y a unos niveles de consumo a los que les cuesta despegar. La dificultad es mayor desde el lado de la demanda, pues se carece de estimaciones de macromagnitudes. A partir de los indicadores de coyuntura, el impulso proviene sobre todo del consumo, su componente privado sostenido en la solidez del mercado de trabajo y el público todavía al alza con cierta relevancia, mientras que se observa debilidad en la inversión y la exportación de mercancías se retrae en volumen.
La coyuntura actual de la economía murciana se puede esquematizar en un retorno a tasas de crecimiento moderadas, tras su gran retroceso en 2020 y las vigorosas recuperaciones en los dos años posteriores. El punto más endeble es el sector agropecuario, con la renta nominal agraria en firme declive.
La creación de empleo debe ayudar en la mejora del bienestar de la ciudadanía, pero el efecto devastador de la pandemia sobre la actividad productiva y la inflación posterior siguen deteriorando el entorno social. La Encuesta de Condiciones de Vida del INE estima en un 24,3% la tasa de riesgo de pobreza de la Región de Murcia en 2023, que baja a un 22% si se imputa el alquiler. Es un dato que mejora el de los años anteriores, pero todavía rebasa la media en España. Es capital el papel de las políticas redistributivas, tanto de rentas como encaminadas a la dotación de servicios públicos y a la forja de una ciudadanía más cualificada, pero el crecimiento económico debe ser más potente y superior al nacional para corregir el desequilibrio de renta. La posición de la Región de Murcia nuevamente no es favorable en ese aspecto, ampliamente por debajo de España. Así, en 2022, último año disponible, el PIB por habitante adelanta los de Castilla-La Mancha, Canarias, Extremadura y Andalucía, pero es un 17,5% inferior al de España; además, la brecha se ha agrandado desde 2008. En parte obedece a que la productividad aparente del factor trabajo, medida en términos de PIB por hora trabajada, es ese año la menor entre las diecisiete comunidades (supone un 84% de la media española), lo que sucede consecutivamente desde 2009.
Actividad productiva
Agricultura
Crece la renta del sector agrario regional en 2023 pese al acentuado retroceso de la producción física. Con aquella mejora se interrumpe un lustro de continuos descensos anuales de la renta agraria, ocasionados por circunstancias diversas. Entre otras, las meteorológicas, y en particular la sequía, precios en origen declinantes en los primeros años del quinquenio y, sobre todo en los dos últimos, una excepcional subida de los costes energéticos y de otros insumos, insuficientemente contrarrestados entonces por unas cotizaciones que, ahora sí, evolucionan al alza con brío.
En efecto, conforme a las estimaciones de la consejería de Agua y Ganadería, aumentan los precios en origen en 2023 con un vigor que permite más que compensar los efectos de una nueva contracción del tonelaje, agrícola y ganadero, a la que no han sido ajenos los mismos factores que propiciaron los descensos precedentes; un saldo positivo que resulta agrandado además por el moderado decremento del gasto en insumos, este escaso, no obstante, para anular el excepcional incremento acumulado desde su inicio en los primeros meses de 2021.
La producción agraria se retrae en volumen. Lo estima la consejería y también, en su informe de diciembre de 2023, Hispalink-Región de Murcia. Para ese año calcula que el VAB de la agricultura murciana disminuye un 4,6% respecto al ejercicio precedente, lejos, sin embargo, de la profunda caída que anuncia la CRE para el año 2022; aquella contracción supera la de España (-1,9%, según la CNTE), si bien la precedente fue todavía más profunda que la autonómica.
El valor del subsector agrícola regional es de 2.444 millones, un 1,7% más que en 2022. Un ascenso endeble basado en el prominente aumento de los precios en origen (21,4%) dado que el tonelaje disminuye un 10,6%.
Ganadería
Más expansiva y acelerada es la evolución del subsector ganadero regional en el año 2023. Su importe, en euros corrientes, avanza 1,5 puntos porcentuales más que en 2022, hasta un 7,9%, por efecto del abultado aumento de los precios en origen (18,3%), que contrarresta con holgura la mengua, relevante, de la producción ganadera en volumen (-8,8%).
El saldo que resulta de las evoluciones anuales en precio y cantidad de la producción agraria regional en 2023 permite acrecentarla en unos 116 millones. Este efecto se agranda aún más como consecuencia del retroceso de los consumos intermedios, los gastos en los que se incurre en el proceso productivo, que aportan otros 94 millones a la renta agraria. Así, se estima ese año unos insumos por valor de 2.049 millones, lo que comporta una tasa anual de un -4,4%; es una reducción significativa, pero todavía de pequeño alcance si se repara en que en 2022 crecieron un 29,6%, que, acumulado al incremento registrado en 2021, supone un ascenso del 38,8% en el último trienio, a razón de un 11,6% interanual.
Pesca y acuicultura
El año 2023 no es favorable para la actividad pesquera regional, que pierde ingresos pese al notable ascenso de las capturas. Siguiendo las estadísticas del Servicio de Pesca y Acuicultura de la CARM, la pesca desembarcada asciende a 3.206 toneladas (TM), cifra que conlleva un aumento del 15,9% respecto a 2022, escaso para contrarrestar la contracción que, cercana al 30%, ocurrió entonces. De hecho, aun tras este último repunte, tal tonelaje dista mucho del promedio que arroja la pasada década, en el entorno de las 5.150 toneladas.
Industria
La atonía de la actividad industrial es uno de los rasgos de la economía regional que descuellan en 2023. Lejos de recuperarse de la notable desaceleración padecida un año antes, justificable entonces por factores que emergieron inesperadamente y que lastraron la producción, como el encarecimiento de los productos energéticos, las subidas de los tipos de interés y cierto retraimiento de la demanda por la desmesura de la inflación, el sector persiste en un estado de debilitamiento pese a que mejoran algunas de aquellas circunstancias. No ayuda la flojedad de la exportación en gran parte de las actividades manufactureras de producciones no agrarias, alicaídas por el endeble crecimiento económico de países de nuestro entorno próximo que conforman los mercados principales. No es diferente en España, pero la industria nacional parece mostrar más resistencia a ese entorno que genera de incertidumbre, acrecentada esta por la persistencia de las tensiones geopolíticas. Los indicadores de coyuntura de producción y los laborales son contundentes y respaldan la valoración expuesta.
La refrenda Hispalink-Región de Murcia, que avanza un crecimiento del VAB industrial de la comunidad autónoma de un 0,8%; además de una rebaja de 1,8 puntos porcentuales respecto a su anuncio de junio de ese año, conlleva una ralentización notable respecto al 3,3% estimado para el año 2022, y, por otra parte, ese aumento es significativamente inferior al que calcula para España (1,3%).
Como se ha apuntado, los indicadores laborales revelan con robustez el decaimiento de la industria regional en el año 2023. La EPA estima una media anual de 75.300 ocupados, cifra de la que se deriva una profunda contracción, cercana a un 10%, y que el empleo en el sector siga lejos del existente antes de la pandemia (84.800 personas ocupadas).
Construcción
La economía regional prolonga su crecimiento en el año 2023 con un ritmo que, si bien suavizado respecto al ejercicio precedente, supera las expectativas iniciales. En ello es determinante el sector de la construcción, impulsado por la obra pública que, de nuevo, alcanza un montante casi tan cuantioso como el del año anterior, ambos entre los mayores de la serie histórica.
Además, aunque todavía muy por debajo de las cifras que se alcanzaban antes del boom inmobiliario, el subsector residencial empieza a mostrar indicios de recuperación, favorecido por la ralentización de la subida del precio de la vivienda, costes de producción ya con alzas mesuradas después de las registradas en un bienio previo fuertemente alcista, y una compraventa de viviendas que repunta en el segmento de la nueva.
Conforme a las estimaciones de Hispalink-Región de Murcia, el VAB del sector de la construcción crece ese año un 1,9%, 0,6 puntos más de los estimado por la CRE en 2022 y 0,4 puntos menos de lo que anuncia la CNTE para España en 2023.
Los indicadores laborales son los que con más contundencia reflejan la mejora de la actividad constructora. En promedio anual, la EPA estima 42.700 personas ocupadas en el sector, un 11,4% más que en 2022. Por su parte, el registro de afiliados a la Seguridad Social, en general de trayectoria más estable, apuntala la firmeza con que crece el empleo en la construcción. Avanza un 3,6% en 2022 según los promedios anuales; más aún en el año siguiente, cuya tasa anual monta hasta un 4,9%, 42.300 afiliado en total.
Mercado de trabajo
El crecimiento del PIB regional rebasa en 2023 las previsiones iniciales, suavizadas entonces por la incertidumbre dominante en el escenario económico, y, en concordancia, el mercado de trabajo vuelve a sorprender, como ha hecho en toda la etapa post-pandémica, creando más empleo del esperado y rebajando con relevancia las cifras de paro. Todo ello mientras se consolida el tránsito hacia un mercado laboral más estable, conforme al propósito del RDL 32/2021, en el que declina con brío el trabajo temporal y se expande, a su vez de forma vigorosa, el indefinido, impulsado en parte por el creciente protagonismo del fijo discontinuo. La progresión del empleo se sustenta en el asalariado, con una participación señalada del sector privado y, relativamente superior incluso, del empleo público. En este, sin embargo, no se observan mejoras en lo que concierne a la reducción de la temporalidad, una de las principales sombras, junto al debilitamiento del trabajo por cuenta propia, que en 2023 afloran en el ámbito laboral.
Antes de abordar esos aspectos, una breve reseña sobre la población activa, suma de la ocupada y parada, recuperadora de una viveza que parecía aletargada y motivo de que el descenso del desempleo no haya sido más profundo. Ese año se alza hasta 761.300 el número de quienes, en promedio anual (salvo que se indique un trimestre concreto, todos los datos de la sección son medias anuales y las tasas interanuales se han calculado sobre los promedios), componen la población activa en la Región de Murcia. Representa un aumento del 1,6% respecto a 2022, cuando en este ejercicio se limitó a un 0,2%. En datos absolutos, alrededor de 11.800 personas más, cuando fueron 1.200 un año antes. La comparación con España revela un rasgo reciente poco habitual: la población activa repunta con más vigor en España en las dos últimas anualidades, a su vez acelerada en la más próxima (2,1 y 0,9%), pero su aumento desde 2019 es 2 puntos porcentuales menorque el de la comunidad murciana.
Igualmente, ese año avanza el empleo en hombres y mujeres y con cierta proximidad (2,2 y 2,5% respectivamente), aunque el cuatrienio 2019-2023 arroja una progresión del empleo femenino mucho más potente, unos 7 puntos superior. Si bien con levedad en la última anualidad, prosigue, en consecuencia, la feminización del mercado de trabajo: las mujeres concentran un 44%, 1,6 puntos más que en 2019.
Por rangos de edad, se observan incrementos comunes pero con una disimilitud relevante en lo que concierne al brío de la expansión, este atenuado en el rango de 25-54 años (1,6%) y robusto entre los menores de 25 años y el grupo que como mínimo tiene 55 (en ese orden, 4 y 4,5%). Sin embargo, dada la disparidad de los pesos relativos de cada grupo, estas trayectorias refuerzan el proceso de envejecimiento de la población ocupada murciana. La que tiene como mínimo 55 años aporta un 19,7%, 3,5 puntos más que en 2019 y casi 11 respecto al año 2003. Los jóvenes, en cambio, reunían 20 años atrás un 14,7% y en la última anualidad, un 6,5%.
En términos de tasa de empleo, que aumenta tres décimas en 2023 y anota un 52,1%, se perciben a su vez los procesos de feminización y envejecimiento de la población ocupada regional. Por la similitud de los crecimientos en ambas variables entre hombres y mujeres, es tanto como avanzan las correspondientes tasas masculina y femenina, cuyos valores respectivos son 58,7 y 45,6%.
La brecha se ha recortado notablemente: los 13,1 puntos que las separa en 2023 eran 16 antes de la pandemia y cerca de 29 dos décadas atrás. El incremento de la tasa de empleo es ínfimo entre las personas menores de 25 años, una décima que la monta hasta un 25,5%; un punto en el grupo de 25-54 años, que la sube al 75,5%; y medio más en el rango de 55 y más años, en total 28,7%. Por simplificar en lo relativo al envejecimiento, en los últimos 20 años la tasa de empleo de los jóvenes retrocede alrededor de 20 puntos porcentuales, la del grupo central de edad se eleva unos cinco y la tasa de las personas ocupadas más añosas, conforme a los intervalos definidos, se acrecienta en algo más de 12 puntos porcentuales.