El déficit público, sin tener en cuenta las corporaciones locales, alcanzó los 25.893 millones de euros en los nueve primeros meses del año, una cifra un 1,1% superior a la del mismo periodo de 2023 y equivalente al 1,63% del PIB.
Aunque el déficit público aumentó en términos nominales -debido, sobre todo, a que el gasto subió un 6,5%-, el crecimiento económico ha permitido reducir su ratio sobre el PIB, que es casi una décima inferior a la de septiembre de 2023 (1,71%), según los datos publicados este viernes por el Ministerio de Hacienda.
Como es habitual, la mayor parte del déficit se concentraba en la administración central, con 31.516 millones (1,99% del PIB), una cifra un 35,8% superior a la de un año antes, debido al impacto negativo tanto de la liquidación de los sistemas de financiación autonómica y local de 2022 (25.322 millones) como de las entregas a cuenta de 2024 (6.444 millones).
Este mismo factor explica, en sentido contrario, el buen comportamiento de las cuentas de las comunidades autónomas, que registraron un superávit de 6.017 millones entre enero y septiembre, un 0,38% del PIB, cuando el pasado año tenían déficit.
Todas las comunidades autónomas lograron superávit salvo Murcia (con un déficit del 0,45% de su PIB, correspondiente a una necesidad de financiación de 188 M€) y Comunidad Valenciana (0,68%).
Por lo que respecta a la Seguridad Social, cerró septiembre con un déficit de 394 millones, un 0,02% del PIB, frente al superávit de 2023, debido al aumento del gasto en salarios y pensiones.
El déficit del Estado hasta octubre se dispara un 37,5%
Hacienda también ha avanzado los datos de ejecución presupuestaria del Estado hasta octubre, un periodo en el que su déficit se disparó un 37,5%, hasta los 26.385 millones (un 1,66% del PIB), debido al impacto de la liquidación del sistema de financiación autonómica y local de 2022 y a las entregas a cuenta de 2024.
Estos factores tienen consecuencias tanto en el cómputo de los ingresos como en el de los gastos.
Por el lado de los gastos, que en conjunto crecieron un 8,7% en esos diez meses, el impacto se tradujo en un aumento de las transferencias entre administraciones -la mayor partida, que supone más de la mitad del gasto total- del 11,2%.
A esto se añade un incremento del gasto en intereses de la deuda (un 12,3%) y remuneración de asalariados (un 4,2%, tras las últimas subidas salariales de los empleados públicos).
Por lo que respecta a los ingresos, en los diez primeros meses del año crecieron un 6,3%, procedentes principalmente de la recaudación tributaria, que ascendió a 197.311 millones, un 5,7% más.
La recaudación por IVA aumentó un 7% impulsada por la recuperación de los tipos energéticos y la del impuesto de sociedades, un 10,3%, tras registrar el segundo pago fraccionado.
En cambio, la recaudación por IRPF se redujo un 0,4% debido tanto al impacto contable de la liquidación autonómica como a la reducción para los rendimientos del trabajo para rentas bajas.