Con el aumento de las insolvencias en grandes empresas agroalimentarias, como ha ocurrido últimamente con Agrasa, El Niño del Campo o Agroherni en la Región, los expertos temen un "efecto dominó" que pueda arrastrar a otras compañías del sector más pequeñas y con poca capacidad de reacción ante las presiones externas.
Desde 2017 ha crecido a nivel mundial el número de insolvencias que afectan a empresas con ingresos anuales de más de 50 M€.
Según un reciente estudio de la compañía de seguros de crédito Euler Hermes, solo el año pasado se registraron 34 grandes insolvencias de agroalimentarias, 10 de ellas en Europa occidental (4 italianas, 2 españolas, 2 belgas, 1 holandesa y 1 británica).
Su analista sectorial Marc Livinec detalla que la mayoría de estas compañías europeas se dedicaban a actividades industriales del sector primario.
"El impacto más temido de dichas insolvencias es su efecto dominó dentro de la industria. Además, los fabricantes de alimentos tienen que lidiar con los grandes puntos de venta, que están mucho más concentrados y frente a los cuales tienen poco margen de maniobra", asegura.
En su opinión, los efectos negativos podrían mitigarse si los fabricantes obtienen suficiente poder para fijar precios y resistir las presiones de otros actores de la cadena.
Un desafío en el sector tiene que ver con el cambio de hábitos hacia una alimentación más saludable, lo que obliga a adaptarse con agilidad, si bien no siempre los productores tienen las herramientas necesarias para llegar a los nuevos nichos de mercado, agrega Livinec.
La aseguradora Coface prevé también una mayor demanda de productos sanos y sostenibles, lo que hará que la agricultura orgánica siga expandiéndose en los próximos años.
En un análisis, cita las tensiones proteccionistas y los riesgos climáticos como algunos de los principales factores que, al igual que en 2019, impactarán en la industria agroalimentaria este año.
A nivel general, el crecimiento de la economía mundial no se recuperará este año y aumentará el número de insolvencias empresariales en un 2%, en línea con 2019, según sus pronósticos.
En España, el jefe de la Unidad de Riesgos de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce), Juan Francisco Pacheco, señala que el sector agroalimentario ha tenido en 2019 un "buen comportamiento", con un número reducido de concursos de acreedores.
Pone el foco en las disoluciones o cierres ordenados de empresas, que normalmente no tienen un impacto sobre proveedores o entidades financieras, pero que el año pasado se incrementaron en un 8,13% anual.
EMPRESAS CON MÁRGENES BAJOS. Según Pacheco, las constituciones de nuevas sociedades cayeron el 5,86%, un descenso que "también recoge la desilusión o el poco apetito" por un sector que opera con "muy bajos márgenes".
"Cualquier aspecto exógeno puede derrumbar una estructura, como una subida del precio de una materia prima, un retraso de pago de un cliente de referencia o la no renovación de la línea de crédito", sostiene el responsable.
Insiste en la falta de capacidad de negociación de los productores, que suman casi 800.000 en el país, frente a los clientes finales organizados en grandes grupos.
El responsable de Cesce recomienda a los agricultores concentrarse para lograr unas relaciones "más equilibradas" e invertir en investigación y desarrollo para ofrecer productos, como los ecológicos, que permitan ampliar los márgenes de beneficio.
Fuentes de Crédito y Caución, por su parte, resaltan el "buen desempeño" que mantiene el sector alimentario, con una situación de riesgo crediticio "estable".
Mencionan la volatilidad de los precios, los problemas veterinarios y el impacto del clima como los principales factores de riesgo, al tiempo que subraya la necesidad de que los fabricantes de alimentos y bebidas "sean más transparentes sobre sus ingredientes, procesos de producción y cadenas de suministro".
Estas fuentes añaden que el nuevo coronavirus tendrá un impacto de 0,25 puntos sobre el crecimiento de la economía mundial y que serán otros sectores como la automoción, la electrónica, los servicios o la farmacia los que afronten escasez de productos semiacabados.